TODO AL REVÉS
El pasaje evangélico al que haré referencia es por demás conocido.
Jesús llega a una casa donde Marta lo recibe y se apresta a preparar todo
para brindarle el agasajo de una mesa compartida.
Esta persona tiene una hermana de nombre María que se sienta a escuchar
a Jesús.
Ella no colabora con su hermana en la preparación de la comida y ello hace
que su hermana se incomode.
Luego de un breve diálogo con Jesús este le dice: “María eligió la mejor
parte que no le será quitada”
Hace mucho tiempo escribí sobre este texto hablando de la necesidad de
ser “María Marta” o “Marta María”
Repasando este texto y preguntándome sobre lo que me dice este texto he
llegado a una conclusión (¿disparatada?) que quiero compartir con usted.
Jesús alaba a la persona que se anima a romper con lo establecido para una
mujer en aquel tiempo.
Marta se dedica a cumplir lo que se esperaba de ella.
Que anduviese atareada en las tareas domésticas y más cuando habían
visitas.
María se anima a romper con lo establecido y se queda escuchando a la
visita.
Si no fuese porque Jesús solía andar acompañado, junto con sus discípulos,
con otras mujeres que le seguían con admiración, la presencia de aquella
mujer escuchándole hubiese sido muy desconcertante.
Una mujer más junto a Jesús a nadie debe de haber importado ni
incomodado.
Solamente a su hermana aquella actitud resulta improcedente.
Pero Jesús alaba tal improcedencia.
Jesús había venido para invertir el sistema imperante.
Lo respeta pero lo quiere totalmente invertido.
Eso lo demuestra en muchísimas oportunidades.
“Elegir la mejor parte” es animarse a romper con lo establecido que ello
siempre es la mejor manera de escuchar a Jesús.
“Elegir la mejor parte” es animarse a no quedarse en lo esperable dentro
del sistema imperante.
Es animarse a romper reglas que permitan ser por sobre el cumplir.
Jesús debe de haberse sentido muy identificado con aquella mujer que se
animaba, públicamente, a modificar lo establecido.
Es ello lo que, hoy en día, continúa esperando realicen sus continuadores.
Que no se dejen atar por el sistema y apuesten a lo inverso.
Que en este tiempo de pesimismo se apueste a la alegría.
Que en este tiempo de marginaciones de mil clases se apueste a la
integración.
Que en este tiempo de violencia se apueste a la fraternidad y la paz.
Que en este tiempo de prisas se apueste a la serenidad y el encuentro.
Que en este tiempo de temores se apueste a la confianza.
Que en este tiempo de materialismo se apueste a lo espiritual que es la
forma de dignificarse que el ser humano posee.
Que en este tiempo de lo individualista se apueste al bien común.
Que en este tiempo de lo evasivo se apueste a los pies sobre la tierra.
Así podríamos continuar mirando aristas del hoy y aristas que debe poseer
un cristiano.
Es aquel que se anima a invertir el sistema no por el afán de romper o
cambiar sino porque así lo hizo Jesús.
Quien se anime a ello y lo haga vida sabrá que “ha elegido la mejor parte y
no le será quitada”
Padre Martín Ponce de León S.D.B.