Voz del Papa
Ecos de la Olimpiada
José Martínez Colín
1) Para saber
Las Olimpiadas de Río 2016 están llenas de momentos
memorables pero uno que supera en emoción a muchos es el que
protagonizaron dos atletas en las eliminatorias de la carrera de 5000
metros planos.
Sucedió que en la primera ronda eliminatoria, la corredora
Nikki Hamblin de Nueva Zelanda tropezó y causó sin querer la caída
de Abbey D’Agostino de Estados Unidos. Abbey, aunque muy herida,
ayudó a Nikki a levantarse. Pero unos metros después la
estadounidense ya no podía continuar por la lesión y estuvo a punto
de abandonar la carrera, pero ahora la neozelandesa –en vez de
seguir corriendo– se detuvo, le ayudó, la alentó para que continuara
y así cruzara la meta.
La caída tuvo serias secuelas en ambas y fueron las últimas en
terminar la prueba en medio de una gran ovación sonora en el
estadio. Abbey sufrió una grave lesión y en cuanto cruzó la meta fue
llevada en silla de ruedas para recibir primeros auxilios. Aunque
llegaron al final, los jueces decidieron darles un pase directo por el
gran gesto que tuvieron en la carrera, aunque Abbey ya no pudo
participar debido a su lesión.
2) Para pensar
El gesto humano de Abbey y Nikki nos invitan a tener un
espíritu solidario que nos lleve a salir de uno mismo hacia el
necesitado.
El Papa Francisco en su reunión con los jóvenes en Cracovia
invitó a “salir” hacia los demás, a “ir por los caminos siguiendo la
«locura» de nuestro Dios que nos enseña a encontrarlo en el
hambriento, en el sediento, en el desnudo, en el enfermo, en el
amigo caído en desgracia, en el que está preso, en el prófugo y el
emigrante, en el vecino que está solo. Ir por los caminos de nuestro
Dios que nos invita a ser actores políticos, personas que piensan,
movilizadores sociales… Dios espera algo de ti, Dios quiere algo de
ti. Te está invitando a soñar, te quiere hacer ver que el mundo con
vos puede ser distinto. Eso sí, si vos no pones lo mejor de ti, el
mundo no será distinto. Es un desafío”, concluyó.
3) Para vivir
Invitaba el Papa Francisco a considerar que “Él quiere tus
manos para seguir construyendo el mundo de hoy. Él quiere
construirlo con vos”.
Podemos afirmar que, en su momento, esas manos fueron las
de Abbey. Ella mismo declaró que “en ese momento, la única forma
en la que pude racionalizarlo es que Dios preparó mi corazón para
responder de esa forma… Todo este tiempo aquí Él me ha dejado
claro que mi experiencia en Río iba a ir más allá que solo mi
desempeño en las carreras; y en cuanto vi a Nikki levantarse supe
que era eso”, explicó.
Abbey es conocida por su profunda fe cristiana. Creció en el
seno de una familia católica que practica y vive su fe. En una
entrevista, comentó que si tuviera una máquina del tiempo le
“encantaría conocer y conversar con la Madre Teresa de Calcuta”.
Abbey comentó que su fe es absolutamente importante para
su deporte: Está muy agradecida con una amiga que la invitó a un
grupo para acercarse a Dios. “Cuando comencé a sentir la presión
me di cuenta que si no hay un propósito eterno detrás de esto,
¿entonces qué estoy haciendo en realidad?”
Hemos de saber vivir nuestra fe de tal manera que nos lleve a
poner por obra el amor de Dios y, como decía San Juan Pablo II,
construir la “Civilización del amor”.
José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra)
( articulosdog@gmail.com )