BUSCANDO UN LUGAR
A medida nos vamos acercando a Navidad debemos ir tomando conciencia
de lo que ello significó.
Es inevitable, al comenzar este artículo, no pensar en los diversos
campamentos realizados en otros tiempos.
Algunos de ellos trastocados por las lluvias que obligaban a modificar todo.
Recuerdo uno donde los que nos habían prestado el lugar se llegaron hasta
nosotros para decirnos: “No dejen nada y nos vamos, ya, para la casa”
Ellos conocían el lugar y muy poco tiempo después todo se encontraba bajo
agua.
Recuerdo otro donde después de abundante lluvia nos fueron a buscar
porque ya teníamos muy pocas cosas secas y el agua seguía cayendo.
Uno de los grandes secretos del lugar que debe ser utilizado es su ausencia
de peligros potenciales como la creciente o la caída de ramas de árboles.
Dios buscó un lugar para instalarse entre nosotros y no había ninguno
mejor que el mismo ser humano.
“Dios se hizo hombre y habit￳ entre nosotros”
No encontró nada mejor que al ser humano y, por ello, se hizo uno como
nosotros.
Puede resultar una incongruencia ya que su hacerse hombre era con la
finalidad de dignificar plenamente al ser humano.
Toda su elección está cargada de simbolismos ya que es un reflejo
elocuente de su opción trascendente.
Dios se hace hombre en un judío y tal cosa no es arbitraria.
Elige ser parte de un pueblo pequeño y marginal.
Elige ser parte de un pueblo pobre.
No forma parte del imperio ni de alguna cultura excelsa.
Dios se hace hombre en el seno de una familia de medios muy escasos.
Dios se hace hombre en una familia de trabajadores.
No forma parte de la alta sociedad o de alguna casta pudiente.
Desde el comienzo mismo de su “humanizaci￳n” opta por lo peque￱o.
Luego, durante la vida pública, Jesús, no ocultará su atención a los más
pequeños.
No desprecia a los pudientes pero no oculta su simpatía y atención a los
más necesitados de su tiempo.
Todo lo suyo es lo propio de un ser “humano común”.
No es un superhombre, ni un Dios venido a menos.
Eligió la condición humana y vivió todo lo que un ser humano.
“Se hizo hombre”. Sufri￳, se cans￳, tenía hambre o sed, tenía sentimientos.
Era uno más y desde entonces Dios se abajó y acercó para que allí lo
sigamos experimentando o buscando.
Nada de lo humano se le hizo indiferente a Dios y todo lo humano nos dice
de Dios.
¿Podía haber actuado de otra manera? Evidentemente.
No encontró lugar mejor para estar entre nosotros que asumiendo lo
humano.
Con el paso del tiempo hemos vuelto a alejar a Dios de lo humano.
Nuestra relación con Él se ha visto invadida de realidades que mucho no
dicen de lo común del ser humano.
Se volvi￳ a “sacralizar” a Dios.
Lo despojamos del lugar que Él había elegido.
No teníamos unas razones de peso para hacer tal cosa, simplemente se nos
hacía muy complicado lo por Él optado y decidimos alejarlo.
Navidad es un buen tiempo para volver a estas realidades y preguntarnos lo
que nos implica el ser fieles a su opción.
Padre Martín Ponce de León S.D.B.