Liberación de frases hechas
P. Fernando Pascual
11–3–2017
Todos sabemos... El mundo ya ha conquistado... No existe paso atrás... Ya quedó definitivamente
demostrado... El progreso ha impuesto a todos... La comunidad científica ha determinado...
Las frases hechas abundan. Incluso entre quienes dicen defender un pensamiento serio, libre, maduro,
autónomo.
¿Por qué gustan esas frases? ¿Por qué son repetidas de modo casi obsesivo? Quienes las pronuncian
dirán sus motivos.
Lo que resulta necesario, ante frases como las anteriores, es reconocer que no todos aceptan esas ideas,
ni que muchas de tales afirmaciones merecen ser consideradas como “definitivas”.
Porque en un mundo como el nuestro, que en eso tiene muchas semejanzas con el mundo de otras
épocas, conviven puntos de vista diferentes y posiciones filosóficas y religiosas en ocasiones
contrapuestas.
Y porque lo que hoy es considerado como “definitivo” según algunos, mañana será declarado obsoleto
y superado por otros, en un camino de confutaciones que se suceden continuamente.
Por eso es importante una buena liberación de frases hechas, que permita mejorar el diálogo y abrir
horizontes a un pensamiento más maduro. Ello supone adoptar actitudes de humildad y de estudio serio
a la hora de intentar comprender las realidades y las personas de nuestro mundo.
La voz de Sócrates, al menos como ha sido interpretada por algunos, puede ayudarnos a poner en crisis
a quienes repiten machaconamente afirmaciones lapidarias. Así se abrirán espacios a reflexiones más
ponderadas y más conscientes de los límites y posibilidades del pensamiento humano.