El signo del Papa
José
Martínez Colín
1) Para saber
En este tiempo
pascual nuestra esperanza se ve fortalecida con la certeza de la victoria de
Cristo sobre la muerte y el mal. El Papa Francisco comparó esa esperanza
cristiana con un ancla fija en el cielo: “Solo tenemos que amarrarnos al cabo y
seguir siempre adelante, porque estamos seguros de que nuestra vida es como un
ancla que está en el cielo, fija en el lugar adonde llegaremos”.
El Santo Padre
aseguró que el ancla es uno de los símbolos cristianos que más le gustan: “No
es coincidencia que entre los símbolos de la esperanza cristiana esté el ancla.
Expresa que nuestra esperanza no es vaga, que no se puede confundir con el
sentimiento mutable de quien quiere mejorar las cosas de este mundo de manera
fantasiosa, bastándose únicamente de su propia fuerza de voluntad”.
2) Para pensar
A continuación unas
palabras que un joven español en 2003 envió a san Juan Pablo II y que sirven
para no perder la esperanza.
Querido Santo
Padre:
Me llamo Guillermo
Blasco. Tengo 19 años, pertenezco a una familia de seis hijos y estudio
arquitectura técnica. Nací el día de la Inmaculada y la Virgen me ha llevado
siempre bajo su manto. Mis padres me han educado en la fe.
El 15 de agosto de
1998, día de la Asunción, murió mi hermano Fernando en Irlanda en un atentado
terrorista. Tenía 12 años. Este hecho marcó mi vida de adolescente. Esa misma
noche, llamé a todos los hospitales de Irlanda. Al día siguiente, se confirmó
la terrible noticia e, inmediatamente, fui a Misa con mi padre.
Entre la
perplejidad y el miedo, una pequeña luz se encendió: Cuando mis padres
perdonaron a los asesinos de mi hermano, su testimonio se gravó a fuego en mi
corazón. Desde entonces tengo la convicción de que la Virgen ha intercedido por
mi familia.
La muerte de mi
hermano supuso un gran cambio, mi familia se unió como una piña, y gracias al
ejemplo de mi madre, comencé a ir a Misa todos los días y comulgar. Descubrí
que Jesús es el mejor amigo.
Fueron tiempos
duros, pero la comunión diaria, y el testimonio cristiano de mis padres
mantuvieron a flote mi esperanza. Intento ofrecer cada cosa que hago: cada
entrenamiento, cada lámina que dibujo…
Invito a los
jóvenes, a compartir el amor de María, de Cristo, el Amigo fiel que nunca
permite que nos sintamos solos, que sólo nos pide que le dejemos llenar nuestro
corazón de su amor.
Gracias Santo
Padre, gracias Amigo, por enseñarnos que María es el camino más corto para
llegar a Cristo.
Guillermo Blasco
3) Para vivir
La esperanza
cristiana encuentra sus raíces no en el atractivo del futuro, sino en la
seguridad de que Él nos ha garantizado que no nos abandonará nunca, ¿por qué
habríamos entonces de tener temor? Con esta promesa, los cristianos pueden
caminar por todas partes, afirmó el Papa Francisco.
Nuestro Dios no es
un Dios sentado, secuestrado en un cielo lejano. Es un Dios apasionado del
hombre. Si nuestro corazón se enfría, el suyo permanece incandescente. Nos
acompaña siempre, incluso aunque nos olvidemos de Él. Y no solo nos espera al
final de nuestro largo viaje, sino que nos acompaña en cada jornada… ¿Y por qué
hace eso? Simplemente porque nos ama. Dios no nos abandonará en el tiempo de la
prueba y de la oscuridad, concluyó el Papa.
José Martínez Colín es sacerdote,
Ingeniero (UNAM) y Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra)