“ÁNGELES DE LA GUARDA”

Lucio del Burgo

 

El “humor de Chiri” en “Alfa y Omega” ve a Ignacio Echeverría con el monopatín y dos ángeles hablando: << ¿Y  ese artilugio>>. << Es la última novedad en el salvamento de vidas>>.

Ignacio Echeverría era un joven español que vivía en Londres. El 3 de junio murió apuñalado por los terroristas. Trató de defender a un policía, acosado por los asesinos. Se pudo esconder pero plantó cara a los criminales. Era un sábado de junio por la noche.

La noticia ha recorrido el mundo. Me parecía que no me podía quedar en silencio. Era una persona joven y creyente. Hoy necesitamos testigos de la fe y este es muy significativo. << Ignacio, gracias por tu ejemplo y generosidad. Las Rozas nunca te olvidará>>. Así rezaba una pancarta que se mostraba en la plaza pública, con una foto de Ignacio.

En Las Rozas, pueblo madrileño, se le dijo el funeral y se le dio cristiana sepultura. Monseñor Osoro, Arzobispo de Madrid, asistió al entierro. En la misa pronunció unas palabras que quiero traerlas aquí para que nos sirvan de reflexión y memoria:

“En estos duros momentos es bueno experimentar a este Dios en el que Ignacio creía. Precisamente por hacer sus obras perdió la vida”.

Según Daniel Sevillano, párroco de San Miguel de Las Rozas, conocía a Echevarría porque asistía a su parroquia, era una persona conocida. “Era un chico tímido, noble. Se notaba su ascendencia del norte. La típica persona callada pero buena, de fiar. Enseguida te manifestaba confianza. Era un joven normal que rezaba, se confesaba, venía a misa, le gustaba el monopatín…

Ignacio se enfrentó al terrorista con el monopatín. Y con el monopatín fue al cielo y Dios le sonrió y abrazó. ¡Siervo bueno y fiel, entra al banquete de tu Señor!