¿Santidad en el matrimonio?
José
Martínez Colín
1) Para saber
El pasado día 12 de
julio la Iglesia celebró la fiesta de dos santos canonizados recientemente. Lo
que hace especial esta fiesta es que fueron, por una parte, los esposos de un
matrimonio y, por otra, que fue el primer matrimonio en ser canonizados en una
misma ceremonia en la historia de la Iglesia. Se trata de San Luis Martin y
Santa Celia Guérin, padres de Santa Teresita del Niño Jesús.
El Papa Francisco
afirmaba que a veces “pensamos que es algo difícil, ser santos. Que es más
fácil ser delincuente que santo. ¡No! Ser santo se puede porque nos ayuda el
Señor. Es Él quien nos ayuda”. Y explicó que para ser santos "no es
necesario estar rezando todo el día", y aseguró que lo que hay que hacer
es "cumplir con nuestro deber con el corazón abierto a Dios". Por
supuesto es bueno, y muy bueno, rezar. Pero no podemos olvidar que nuestros
deberes y obligaciones también pueden, y deben, convertirse en oración.
2) Para pensar
El Papa Francisco
canonizó al matrimonio de Luis y Celia en 2015. En esa ocasión recordó que “los
santos esposos vivieron el servicio cristiano en la familia, construyendo cada
día un ambiente lleno de fe y de amor; y en este clima brotaron las vocaciones
de las hijas, entre ellas Santa Teresa del Niño Jesús”.
Llevaron una vida
matrimonial ejemplar, aunque no estuvo exenta de dificultades. Tuvieron que
enfrentar una crisis económica, lo que les hizo dejar su hogar y trasladarse a
la población de Lisieux. Tuvieron nueve hijos, pero cuatro de ellos murieron
prematuramente. Supieron llevar los sufrimientos con paciencia y espíritu
cristiano sin perder la esperanza. Les ayudó mucho asistir a la santa Misa todos
los días, y hacer su oración personal también diaria. Recibían el sacramento de
la confesión con frecuencia y participaban en la vida parroquial.
Entre las cinco
hijas que sobrevivieron estaba Santa Teresita, la futura santa patrona de las
misiones, que es una fuente preciosa para comprender la santidad de sus padres:
nos relata cómo sus padres las educaban para ser buenas cristianas y ciudadanas
honradas.
Mientras que Luis
Martín trabajaba como relojero, Celia tenía un taller de bordado. Junto con sus
cinco hijas, emplearon tiempo y dinero en ayudar a quienes tenían necesidad.
Ambos esposos no
hicieron cosas extraordinarias ni raras, lucharon por hacer la voluntad de Dios
en su vocación al matrimonio y por estar muy unidos al Señor para amarlo en
todo lo que hacían.
Pensemos si sabemos
encontrar a Dios en medio de nuestras ocupaciones.
3) Para vivir
El Papa se planteó:
“alguno de vosotros podrá preguntarme: ‘Pero Padre, ¿se puede ser Santo en la
vida de cada día?’. ‘Sí, se puede’. ‘¿Pero eso significa que tengo que rezar
todo el día?’. ‘No. Eso significa que tú tienes que cumplir con tu deber todo
el día: rezar, ir al trabajo, cuidar a los hijos… Y hacerlo todo con el corazón
abierto a Dios. Con esa alegría de que ese trabajo, también en la enfermedad,
el sufrimiento, la dificultad, esté abierto a Dios. Y así seremos santos”.
Y es posible porque
no estamos solos. En todo momento nos asiste la mano de Dios, y también la intercesión
de los santos que son un ejemplo de que la santidad es alcanzable.
José Martínez Colín es
sacerdote, Ingeniero (UNAM) y Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra)