Grietas en los cimientos del
alma
P. Fernando Pascual
29-7-2017
Las grietas provocan daños. En
las paredes, las consecuencias pueden ser de poca importancia. En los cimientos
de una casa, en cambio, resultan mucho más peligrosas.
También hay grietas en los
cimientos del alma. Se producen cuando traicionamos la conciencia, cuando
dejamos que la mentalidad el mundo penetre en los corazones.
Las grietas del alma surgen,
en las personas y en los grupos, cuando poco a poco se admiten ideas y
comportamientos que van contra la sana ética, cuando se permiten modos de
actuar que fomentan el egoísmo y la soberbia.
Uno de los mayores peligros de
las grietas consiste en su posibilidad de abrirse más y más. Lo que parecía
pequeño y sin importancia, con el pasar del tiempo llega a ser un agujero
peligroso.
Frente a las grietas de los
edificios, ingenieros y otros expertos buscan en seguida remedios y proponen
alternativas: resulta sumamente peligroso vivir en un edificio con cimientos
frágiles.
Frente a las grietas del alma,
una voz interior, nuestra conciencia, susurra, avisa, invita a reconstruir lo
sano y a defender el interior ante peligros presentes y futuros.
En un mundo que da poca
importancia a las "cosas pequeñas", que abre grietas con
murmuraciones, avaricias, envidias, perezas, sensualidades, hay que responder
con vigilancias serenas y decisivas.
Entonces no solo actuaremos
con rapidez para tapar las grietas en sus inicios, sino que buscaremos que
ningún golpe a la conciencia provoque el surgimiento de una grieta que hoy
parece pequeña pero que mañana puede provocar un derrumbamiento lamentable.
La vida es un don maravilloso
que necesita cuidados y cimientos sólidos. También la vida del espíritu
necesita protecciones y bases bien construidas. Así podremos mantener firme y
activo el edificio del alma, que podrá invertir lo mejor de las propias
energías en el amor a Dios y a los hermanos.