Naipes (y Biblia): nogal
Padre Pedrojosé Ynaraja
**Su
nombre científico, como aparece correctamente en el naipe, es Juglans regia
Pertenece
el nogal a uno de los mejores recuerdos de mi segunda infancia. Descubrí un día
por entre los matorrales que rodeaban el antiguo campo de futbol de La Serna en
Burgos, solo los viejos del lugar se acordarán de donde estaba, yo sí,
perfectamente, vi un arbolito de hojas de tacto delicado y suave perfume, mis
manos lo mecían fácilmente, dada la ductilidad de su tronco y ramas, era algo
tan saludable como la caricia de un bebé. Fue un agradable descubrimiento que
me reservé para mí solo.
De
cuando en cuando iba por allí, lo tocaba y olía su delicado aroma, que
continuaba siendo el mismo. Algo decepcionado quedé más tarde cuando descubrí
que aquel arbusto tan querido, no era el único, se trataba de un nogal como
tantos otros, confieso que perdió el encanto de ser mi único secreto amigo
vegetal. Pero la nostalgia de aquel recuerdo, continúo sintiéndola. Su fruto,
la nuez, no recuerdo cuando empecé a saborearla, no pudo ser frecuente la
experiencia, por aquellos tiempos de carestía de la post guerra, este fruto
seco, que era joya para el paladar, pero también era caro.
EN LA BIBLIA
Siento,
el lector lo habrá observado, una gran admiración por el nogal que,
generalmente entre nosotros, era un robusto y corpulento árbol, que se elevaba
solitario, cerca de alguna mansión importante. Esta fascinación ha ido
aumentando a medida que conocía y trabajaba su madera. Hace años quise saber si
era mencionado en la Biblia. Su majestad el nogal no podía ser ignorado por los
hagiógrafos. No hubo manera de encontrarlo, pero no cejé en el empeño hasta
lograr afirmativa respuesta.
Resulta
que un ejemplar recibe el nombre de nogal, si son dos o más se habla de
nogales, ahora bien, si se trata de un bosque de los tales, se le da el nombre
de nogueral. ¡Feliz descubrimiento! y más aún ahora, cuando compruebo que es la
amada del Cantar de los Cantares la que lo menciona. Dice así: “Al nogueral
había yo bajado para ver la floración del valle, a ver si la vid estaba en
cierne y si florecían los granados” (6,11). ¡Anda ya, cuál fue mi júbilo!
Reconozco que en toda mi vida solo una vez he
visto un nogueral y fue por tierras galas, entre Valence
y Grenoble. Cerca de donde habito, he visto que junto
a trigales, han plantado nogales, ignoro si el propietario pretende
beneficiarse de los frutos o de la madera de sus troncos, ya que del nogal se
aprovecha todo.
ANTIGÜEDAD CLÁSICA
Al
fruto la antigüedad clásica le atribuía beneficios para el cerebro, seguramente
por aquello de que el compuesto comestible que se encuentra en el interior de
la cáscara, se parece al conjunto de los sesos, encerrados en el cráneo humano.
Pero hete aquí que la moderna dietética, confirmada por la farmacología, le
atribuye muchas cualidades, debido a la bondad de sus aceites. Ya la sabiduría
popular desde antiguo decía que quien come una nuez diariamente, de no sé
cuántas enfermedades se libraba.
La
nuez comúnmente entra a formar parte del jaroset,
recuerdo de la vida esclava del pueblo hebreo reducido al oficio de fabricar
adobes en Egipto. Aquel barro mezclado con paja, es recordado mediante esta
especie de mermelada, de muy agradable sabor, que se consume durante el Seder de Pesaj (Pascua judía).
Advierto que tanto en este caso como en la repostería casera, si bien le da muy
buen sabor, su tono oscuro resulta algo desagradable a la vista. Hablo por
experiencia. Hay quien no se atreve a probar ni una cucharilla siquiera por su
grisáceo aspecto
CUALIDADES MEDICINALES
Vuelvo
a repetir, del nogal se aprovecha todo. A la infusión de sus hojas y cortezas,
se le atribuyen no sé cuántas cualidades medicinales en la fitoterapia popular.
No hay que ignorar la abundancia de tanino de la envoltura de sus troncos y sus
frutos, para reconocer sus cualidades. Añádase a las habituales, que, según
leo, tanto el aceite como la corteza y las hojas, se usan en la producción de
jabón, que tienen propiedades curativas para la piel.
Si
se trata de escribir refiriéndome a mi experiencia personal, me referiré a dos
productos que he usado. En primer lugar, el extracto de las cortezas del fruto
cuando llega a la madurez es un polvo que hasta hace unos años, era colorante
universal que se utilizaban en ebanistería para oscurecer la madera de pino, de
chopo o de álamo, dicho de otra manera: maquillar su “rostro pálido”. En otros
casos, maderas de haya o de abedul, por poner un ejemplo se hermoseaban con
nogalina, antes de barnizarlas.
LA MEJOR MADERA
La
madera era considerada antiguamente la mejor para fabricar muebles de lujo,
mesas, aparadores, sillas o cómodas. Nadie ignoraba la superioridad de la
caoba, pero esta procedía de importación. Hoy en día la teka
de Tailandia, las múltiples africanas, coral, abe-bay,
ébano, mongoy, ramín etc.
(más de 300 se comercializan, me he limitado a mencionar las principales que he
manipulado) han reducido su fama. Ahora bien, y hablo por experiencia, continúa
siendo la del nogal, una madera que se hace querer. La gubia penetra sin torcer
la dirección que le ha dado el mazo, se dirige con acierto y sin dificultad,
consiguiéndose volúmenes, líneas y cortes de gran perfección. El sagrario que
fotografiaré lo hice en un día con unas tablas de más de 100 años. Mis manos
serraban, encolaban y pulían las superficies con respeto, como si fuera algo
sagrado. Pulimentada su superficie y simplemente encerada, un buen objeto
resultante, es lujosa artesanía.
ISRAEL: NO ABUNDAN
Por
Israel no he visto que abunden hoy los nogales. En tiempos bíblicos por tierras
galileas, no era desconocido, tampoco predominaba. A Roma llegaron como nueces
grandes y se le atribuyeron poderes mágicos. Me limito a copiar curiosidades
que he leído estos días acudiendo a Internet
En
el nogal nos encontramos con una planta en cuyo simbolismo se pone de
manifiesto la entretejedura de la vida y la muerte. En los tiempos que los
hombres eran más clarividentes, la nuez estaba rodeada de numerosos tabús y
formaba parte de ritos y ceremonias. Hay un algo inquietante, un algo oscuro en
el aura del nogal. En Oriente se lo considera un árbol de los difuntos que se
planta en los cementerios. En el norte de Europa, en cambio, se suele plantar
cuando nace un niño.
En
los países meridionales, sus habitantes colocan ramas de nogal bajo sus
ventanas, para protegerse contra los hechizos de las brujas. También llevan
colgada una nuez para defenderse contra el mal de ojo.
LA NUEZ
Naturalmente
la nuez es parte integrante de las costumbres relacionadas con el amor y las
bodas, el abandono de la casa paterna y la época de la soltería. En relación a
esto, el nogal también hacía posible echar una mirada al futuro. Durante la
recogida de las nueces las chicas arrojaban un palo al árbol; si éste quedaba
colgado en las ramas ello era señal de que pronto se casarían. Los enamorados
echaban nueces en los hogares: si éstas explotaban ruidosamente a ellos les
sucedería lo mismo. Sin embargo, si se quemaban sin estallar les esperaba un
matrimonio feliz.
En
la antigua Roma el novio tiraba nueces a la multitud en señal de su renuncia a
otros amoríos y aventuras eróticas. Actualmente en Italia la gente sigue
arrojándole nueces, además de granos de arroz, a la pareja de recién casados”.
(Advierto que tal vez por cierto parecido de su corpulencia y la dureza de sus
cáscaras, en algunas antiguas referencias, la nuez se confunde con el pistacho)
P.D.
Por ser pura anécdota olvidaba referirme a la utilización de los frutos en la
elaboración de licores. Se trata de recoger nueces todavía verdes el mítico día
de San Juan y dejarlas reposar en orujo, día y noche, a sol y serena, durante
los legendarios cuarenta días. El tinte de la bebida, evidentemente, es marrón
oscuro. Generalmente se acompañan a tal infusión otras hierbas. Se trata de una
bebida alcohólica de típicamente casera, muy extendida por la cuenca
mediterránea, que recibe, según el país de procedencia, los nombres de retacía (Aragón) ratafià
(Piamonte) rataffia (Abruzzo)
En Cataluña la ratafía catalana es una Indicación Geográfica Protegida desde el
año 1989. Evidentemente, y pese a no ser ocupación sacerdotal, la manipulación
de estos brebajes no me es desconocida. Es pura distracción y bebida apta para
ofrecer al visitante.
Imágenes.
Inmediatamente arriba: un sagrario hecho de nogal y el aspecto de cerebro
humano que tiene una nuez. Las primeras fotos son de hojas y ramas de nogal.
Nueces con cáscara. Y otras con piel y cáscara.