Festín de Navidad REPORTAJE
Padre Pedrojosé Ynaraja
Empecé escribiendo
reportajes sobre grandes catedrales o basílicas, he ido merodeando y escribiendo
sobre múltiples temas, hoy me decido a escribir sobre una comida. Es un tema
muy bíblico, muy evangélico. Jesús anticipa la Eternidad Feliz, describiéndola
como un banquete al que estamos invitados. El evangelio nos dice que Jesús fue
invitado a un banquete de bodas en Caná, en Betania. También en casa de un
fariseo, al pie del monte Tabor. Él mismo se invita a comer en casa de Zaqueo,
el señor bajito de Jericó.
Navidad es un tiempo muy
propicio para invitar a un convite en el que, gozando de sincera alegría, se
sienta a gusto Jesús, el “invitado invisible” mística y realmente presente.
COSTUMBRES
Cada pueblo, cada
cultura ha ido elaborando y conservando costumbres que decimos son típicas de
Navidad, una de ellas sin duda es la que reúne a la familia alrededor de una
mesa, sea la noche del 24, que llamamos Nochebuena, o al mediodía del 25. El
encuentro está históricamente establecido de tal manera que parece es
obligatoria la asistencia. Quienes gustan de nostalgias, no dudan aceptarlo. Si
se trata de abuelos agradecen con facilidad y gozo la invitación.
Cosa diferente ocurre
cuando se trata de gente joven o que se cree serlo. Si se siente rebeldía
interior, ansia de independencia, disminución o pérdida de la religiosidad, si
la vivencia de la Fe, o la situación personal, no es del agrado de los padres,
vive “en pareja” sin ser matrimonio o más sencillo aun, quisiera aprovechar los
días de fiesta para disfrutar de la nieve esquiando. En muchos de estos casos,
o semejantes, la celebración festiva se hace difícil. Situarse en un lugar
establecido que exige la comunicación con quien tal vez no goce de tu simpatía,
comer lo de siempre y comer o beber lo que a lo mejor no es del propio agrado.
Obligarse a una determinada música etc. etc.
UNA IDEA Y UNA DESCRIPCIÓN
Propongo una idea que he
experimentado hace muy poco. Si la describo no es porque crea que una comida
familiar de Navidad deba copiarse exactamente, pero sí reflexionar sobre la
narración, reconociendo que debe ser aceptada por aquellos que se sienten muy
unidos al Señor, los que guardan buen recuerdo de lejanos tiempos, tal vez
infantiles, los que esperan con ilusión un encuentro familiar y hasta los que
acuden por puro compromiso, para no enojar a sus progenitores, pensando que
mejor se sentiría con otra compañía, tal vez esquiando.
Advierto que la
descripción no es imaginativa. Es noticia periodística detallada de la comida a
la que invité a unos cuantos amigos de la parroquia, que quise que compartieran
mesa con el Obispo de la diócesis, que estaba entre nosotros en Visita
Pastoral. El momento central de tal evento eclesial, evidentemente, sucedería
en la iglesia parroquial, celebrando la misa. El encuentro, del voy a dar
noticia, supone añadir algo más, concretado en un convite, que no exige
protocolo, ni inmovilidad, que goza de cierta sorpresa y agilidad, sin molestas
esperas.
PREPARACIÓN
También informo que los
manjares los preparé yo mismo, con alguna ayuda en ciertos casos, partiendo de
productos adquiridos casi todos en supermercados de la más cercana área
comercial. Propuse que la clerecía se dispusiese dispersa, que unos a otros se
sirviesen, o informasen de la forma de degustar los platos que pudiera
desconocer el compañero o compañera, fuera de alto rango o simple hijo de
vecino. En otras ocasiones había convidado a tomar café a algunos cristianos
que se sentían bien cuando nos encontrábamos en la iglesia parroquial. En esta,
calculando que sería la última de mi vida, quise que la invitación fuera
extensiva a más. Preferí escoger una “comida estilo americano”. Orientación
original, atractiva y de sugerente el estilo. Bíblico con detalles
tradicionales del país y cosmopolita. También, en este caso la aportación, ya
lo he dicho, fue casi exclusivamente mía, se me ocurre que en un encuentro
familiar, cada hijo o nieto, podría aportar una muestra del país que
recientemente hubiera visitado.
ENCUENTRO
Empezó el encuentro en
un sugerente paisaje, europeísta a más no poder, nos desplazamos los cuatro
clérigos a las ruinas de una ermita dedicada a San Martín de Tours. Vistas al
mar y a la montaña. De aperitivo Kebab (Turquía) regado con Retsina
(Grecia).Vuelta a casa. Encuentro con invitados y juntos compartir, como cada
uno quisiese, moviéndose y ocupando el lugar en las mesas, que se escogiese,
durante el tiempo que gustase. Sirviéndose a sí mismo y procurando servir a los
demás, de cerca o de no tan cerca.
CARTA
1º. INICIO- Si quieres
gustar lo que, según el profeta Isaías comería el Mesías... (requesón
recién hecho y miel de colmenas de la población)
2º. INICIO- Degusta al
menos lo que San José, chef experto en viejas tradiciones, preparó como comida
del día de Navidad... y otros días también. (Pan de cebada, también recuerda el
de la multiplicación de los panes, que de este cereal estaba elaborado,
aceitunas, vino, higos secos, queso de cabra o de oveja, dátiles...)
ENTRANTES- Caldo, propio
de estas tierras. Vino aromático caliente, típico de Europa Central, pero ya
mencionado en el Cantar de los Cantares (8,2)
1er PLATO Quiche Lorraine (Alemania-Francia)
2º PLATO (bufet libre)
Raclette (al pie de los Alpes)- Migas con uvas (muy propio de las
tierras donde nací y en recuerdo de mis padres) – Tomate seco (sur de Italia) –
Falafel (Oriente Medio) – Burger (Alemania)- butifarra (de la tierra)- Kebab
(ternera a la brasa, Turquía)- Gyros (especialidad de
Grecia)
POSTRE
Pain d’epices (Francia)- la Biblia dice
que el maná del desierto sabía a torta de miel (Ex 16,31). Cómelo pensando en
el Sinaí y en nuestros hermanos mayores, los judíos
CAFE O TE- Estas
infusiones el buen Jesús, durante su estancia física en la tierra, no las probó
y Él presente ahora místicamente entre nosotros, estoy seguro que nos
envidiará.
ENTREGADO A MANO
Este “documento”
entregado a mano junto con la carta, decía: “Esta comida quiere ser
cosmopolita- no olvidemos que deseamos ser comunidad católica, es decir
universal- con referencias bíblicas, tanto como se pueda. Ídem de ídem.
Hay que compartir, no es
una comida cualquiera. El Papa Juan-Pablo II, Obispo de Roma y reconocido
santo, eligió esta de manera de reunirse en la mesa, para el refrigerio del
famoso encuentro de Asís. Y otros, que pretendemos que el encuentro sea
alimento espiritual y corporal, también lo hacemos. Trata, pues, de ser fiel al
espíritu con que se ha preparado. Sigue la idea, comparte con todos, ojalá seas
feliz”)