Masoquismo periodístico
P. Fernando Pascual
30-12-2017
Un medio informativo "X"
engaña, añade, quita, descontextualiza, inventa interpretaciones, no contrasta
datos, lanza suposiciones falsas... y muchos que saben esto siguen leyéndolo.
¿Por qué muchos siguen ese
medio? Habrá diferentes respuestas. Entre ellas, unos dirán que leen "X"
porque quieren saber qué piensan los que tienen tal ideología, o defienden a
tal país, o persiguen tales intereses.
Otros, porque solo ese medio
informativo toca ciertos temas, aunque lo haga pésimamente. El deseo de conocer
lleva a tomar entre las manos páginas llenas de manipulaciones pero que tratan
argumentos importantes.
De todos modos, algunas
manipulaciones resultan irritantes. Usar comillas como si alguien dijese lo que
no ha dicho, poner titulares que expresan lo contrario de lo que luego se
expone en el artículo, ¿no va contra el mínimo respeto al lector?
Por desgracia, los periodistas
que usan estas "tácticas" viven tranquilos, porque los lectores
llegan, puntuales, a la misma trampa. Sin embargo, van contra principios de
ética periodística que deberían configurar su mente y su teclado.
El masoquista que sigue
leyendo esos medios sentirá rabia ante una, y otra, y otra manipulación. Pero
volverá nuevamente al veneno que ofrecen periodistas "desinformativos"
que parecen sometidos a la lógica de la mentira.
Hay medicinas para curar ese
masoquismo. Cerrar la suscripción a ese periódico, dejar de ver aquel
noticiero, olvidar la página de internet que lanza continuas manipulaciones...
Tales decisiones son posibles,
sobre todo, cuando uno descubre que existen otros medios informativos y
periodistas honestos que sí informan con seriedad y respeto a los lectores
sobre temas importantes.
Un titular manipulado,
nuevamente, nos ha irritado. No vale la pena hacer un comentario de protesta
que casi nunca produce efectos curativos. Pero tal vez ha llegado el momento de
romper con una página engañosa para buscar, en el amplio mundo de la
información, medios amigos que ayudan a comprender un poco mejor lo que cada
día pasa en nuestro planeta inquieto y hambriento de verdades.