SEÑORES
REYES MAGOS
Ya estoy viejo para
escribirles una carta pero igual quiero hacerla.
Tal vez no sea muy ordenada
pero, supongo, ello no ha de importarles.
Tal vez les llame la
atención no pida nada para mí pero, sin duda, es una forma de solicitar algo
para mí.
Viendo sonreír a los seres
que quiero me doy por más que regalado.
No sé, a ciencia cierta, si
ustedes obsequian cosas que no son materiales pero supongo que si ya que, por
algo, son “magos”
Quiero pedirles “lo mejor”
para cada uno de mis seres queridos.
De manera especial les pido
por esa persona que vive una nueva etapa en su vida. Con muchas ilusiones
esperó este momento y merece lo mejor.
Ustedes han de saber lo que
ello implica.
Cada uno de ellos son
distintos y viven situaciones diversas.
Para cada uno de ellos “lo
mejor”
Quiero pedirles le
obsequien “salud” a cada uno de esos seres que hoy viven algún quebranto.
Algunos de ellos son
personitas pequeñas y necesitan de una mano grande para salir adelante.
Apenas han comenzado a
vivir la vida y ya se encuentran con tratamientos, análisis o estudios.
Necesitan un regalo mágico y ustedes lo pueden realizar.
Quiero pedirles por cada
uno de los que comparten la mesa con nosotros.
Tienen necesidades y
ustedes las conocen.
Ustedes pueden hacer mucho
más de lo que nosotros podemos realizar por ellos.
Muchas de sus necesidades
se comienzan a solucionar desde un cambio interior que nosotros no podemos
realizar por ellos.
Para algunos será el
apartarse del mundo de la droga, para otros será alejarse del vivir pidiendo y
para otros un contexto familiar donde se sepan ayudados.
Sé que tendrán que poner
toda su capacidad de magos para poder hacer algo pero, bien que lo saben, los
necesitan mucho más que a nosotros.
Sin ayuda de vuestra magia
puede llevarles mucho tiempo salir adelante.
Quiero pedirles para todos
los colaboradores el premio justo y necesario a su solidaridad generosa y
desinteresada.
Es muchísimo lo que hacen y
merecen ser recompensados por ustedes.
También quiero pedirles por
esta Iglesia de la que formo parte. Que pueda acercarse más y más al Dios de
Jesús.
Así será, siempre, un
espacio de puertas abiertas y de encuentro.
Que sea un espacio donde
todos puedan saberse recibidos y con una oportunidad para crecer su encuentro con
Jesús.
Donde todos sea un motivo
para incluir y no una razón para excluirles.
Ya está. Hasta aquí mi
pedido de regalos.
Tal vez podría continuar
pidiendo pero hacerlo sería abusar de ustedes.
Sé que vuestro poder es
importante pero no quisiera se molestasen y lo tomasen como una falta de
respeto de mi parte.
Por ello este es mi pedido
y ustedes sabrán qué hacer con el mismo.
Desde ya, muchísimas
gracias por lo que puedan hacer.
No hay nada más hermoso que
poder recibir sonrisas que digan que la realidad va cambiando y para ello se
necesita de mucha magia que se hace ilusión y ello ha sido vuestra tarea desde
siempre.
Padre
Martín Ponce de León SDB