Un Amor que da sentido a todo
P. Fernando Pascual
3-2-2018
Nacer y morir. Dos momentos
que marcan cada historia personal. Entre esos momentos, mil encuentros, éxitos,
fracasos, gozos y alegrías.
El recorrido tiene siempre
algo de incierto. No sabemos lo que ocurrirá en las próximas horas. Todo está
pendiente de equilibrios inestables.
A pesar de tanta
incertidumbre, existe un Amor que da sentido a todo. Porque cada uno recibimos
amor, y cada uno está llamado a amar.
El Amor que nunca falla, que
busca, que cura, que impulsa al bien, brota del corazón de Dios.
Es Dios quien funda nuestra
existencia. Es Dios quien nos espera tras la muerte. Es Dios quien invita a
cada hijo a entrar en la Patria de los cielos.
Ese Amor que da sentido a todo
viene del Padre y engendra al Hijo. Entre el Padre y el Hijo, el Amor une como
Espíritu Santo.
Luego, ese Amor funda el gran
prodigio de la creación, en la que aparecen ángeles y estrellas, planetas y
satélites, plantas y animales.
Ese Amor pensó en el ser
humano, en todos y en cada uno, y ofreció mil señales para que reconociésemos
la Bondad y Belleza del Padre.
Ese Amor no se detuvo ante el
pecado. Por eso el Hijo, con la potencia del Espíritu Santo, se encarnó en la
Virgen María (cf. Lc 1,26-38).
Como cada día de mi camino, el
Amor toca a las puertas de mi alma y me ofrece consuelo, fortaleza,
misericordia y paz.
Desde ese Amor también yo
puedo convertirme en "embajador de Cristo" (cf. 2Cor 5,20),
que ofrece gratis lo que gratis he recibido (cf. Mt 10,8).
"Y nosotros hemos
conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en Él. Dios es Amor y quien
permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él" (1Jn 4,16).