Todo sobre ruedas
P. Fernando Pascual
3-2-2018
El tren llegó a tiempo. El
jefe estuvo más amable que nunca. El pronóstico de buen tiempo se cumplió. La
comida salió bien. En casa no hubo discusiones.
Nos causa alegría experimentar
momentos en los que todo va sobre ruedas. Los obstáculos se vencen fácilmente.
Los pequeños éxitos levantan el ánimo.
La vida es un continuo
sucederse de situaciones. Lo que pensamos como "normalidad" a veces
parece lo menos normal... Pero gracias a Dios hay días de viento en popa.
En momentos de bonanza podemos
agradecer a Dios porque nos muestra su ternura y cercanía, y porque nos da
fuerzas para otros momentos no tan fáciles.
Además, desde el empuje de
metas alcanzadas y de buenos resultados, podemos mirar a nuestro alrededor y
descubrir necesidades y problemas en quienes viven cerca o lejos.
Las victorias, entonces, se
convierten en trampolines para ayudar, para consolar, para escuchar, para estar
más interesados en quienes sufren.
No siempre tendremos momentos
de bonanza: hay días en los que las ruedas parecen atoradas. Pero cuando Dios
permite un poco de paz, vale la pena redoblar el esfuerzo para hacer el bien
posible.
Entonces la vida adquiere una
belleza propia. Aprendemos a dar gratis lo que gratis hemos recibido (cf. Mt
10,8). Nos hacemos semejantes al Padre de los cielos que manda la lluvia y el
sol, con cariño, sobre todos (cf. Mt 5,42-48).