Credulidades e incredulidades
P. Fernando Pascual
4-5-2018
No creen en lo que dice el
presidente de un país, pero sí en lo que dicen los periódicos antisistema.
No creen en la información
oficial de la empresa pero sí en la que ofrecen los sindicatos.
No creen en lo que enseña la
Iglesia católica pero sí en los horóscopos y en las últimas recomendaciones de
un medium.
No creen en la palabra de su
hermano de sangre pero sí en lo que afirma un amigo más simpático (y a veces
poco recomendable).
El elenco podría ser mucho más
largo. En el mundo y en millones de seres humanos conviven credulidades e
incredulidades.
¿Por qué ocurre esto? Cada
quien podrá decir por qué cree en estos libros y no en otros, pero muchas veces
las preferencias surgen desde simpatías y antipatías.
A causa de ellas algunos
desprecian sistemáticamente todo lo que dice el periódico X mientras siguen a
pie juntillas lo que dice el periódico Y.
Más allá de esas simpatías o
antipatías, el amor a la justicia permite acoger cualquier indicio de verdad,
sea dicha por quien sea dicha.
Incluso en ocasiones quienes
en el pasado fueron descubiertos en sus mentiras hoy pueden exponer
honestamente verdades nada despreciables.
Una verdad lo es aunque la
diga Agamenón o aunque la diga un porquero, según evoca un dicho que gira con
diversas formulaciones.
Lo que es lo mismo que decir
que superar antipatías ayudará a vivir con mentes sin prejuicios, a descartar
mentiras de "amigos" y a acoger verdades de "enemigos".
Pensar así nos hará bien, más allá
de credulidades e incredulidades sin fundamento, porque estaremos más abiertos
a la verdad y seremos capaces de comprender un poco mejor el mundo complejo en
el que vivimos.