Sobre la palabra asesinato
P. Fernando Pascual
12-5-2018
Una de las estrategias típicas
de las ideologías consiste en manipular el lenguaje. Por ejemplo, cuando se
evita sistemáticamente usar la palabra asesinato cuando interesa que no
aparezca.
Manipula el lenguaje el
dictador sanguinario que intenta una y otra vez no llamar asesinato a la
eliminación de sus adversarios políticos. Dirá, por ejemplo, que se trata de
ajuste de cuentas, de daños colaterales, incluso de sacrificio para lograr
mejoras.
Omitir el uso de un término
sirve para el triunfo de los propios intereses, pero nunca llega a destruir la
realidad. Porque un asesinato sigue siendo un asesinato aunque se le llame de
mil maneras diferentes.
El amor a la verdad y a la
justicia lleva a llamar a las cosas por su nombre, a evitar las manipulaciones
del lenguaje, y a defender a las víctimas ante cualquier tipo de violencia
asesina.
Porque el primer requisito
para ayudar a los inocentes consiste en reconocer su situación y en dar a
conocer lo que han sufrido por culpa de quienes han usado contra ellos
cualquier tipo de injusticia.
Mientras algunos han hablado o
hablan de solución final, de limpieza étnica, de etapa necesaria para el
triunfo de la revolución, de eugenismo, de lucha de
clases, de interrupción del embarazo, y otros términos ideológicos, quienes
aman la verdad dirán que estamos ante el asesinato de inocentes.
Así será posible comprometerse
seriamente para que ningún ser humano sea eliminado (asesinado) entre tinieblas
de mentiras, y para que cada uno, desde que inicia a vivir hasta que llega su
última hora, reciba el apoyo y amor que todos necesitamos en nuestro caminar
humano.