Vegetales
y Biblia: Trigo y Pentecostés
Padre Pedrojosé Ynaraja
Decir trigo en la cuenca mediterránea,
es decir pan. Decir pan es decir comida. Nosotros no imaginamos nunca ningún
menú que no esté acompañado de pan, de tal manera que cuando pedimos a Dios el
pan de cada día, en realidad le suplicamos el sustento total diario. Debo
advertir dos cosas. Primero que el pan israelita en época bíblica era de
cebada, cereal más barato, como refleja el texto del Apocalipsis que después
citaré. El de trigo era manjar de jornada festiva o de gente rica y exclusivo
pan de ofrenda en el Templo. Añádase, y es la segunda advertencia, que a
nosotros se nos enseñaba que recogido un pedazo caído al suelo, antes de
devolverlo a la mesa, se le daba un beso. No sé qué sentido tenía, pero lo he
hablado con mucha gente y me lo han confirmado. Se consideraba también que al
pordiosero, aunque no mereciese confianza, nunca se le negaba un mendrugo.
RITO AGRÍCOLA
En el centro de la planta del trigo, se
sitúa la fase espiga y es bueno tenerlo en cuenta hoy, Pentecostés, porque los
orígenes de esta fiesta, en sus inicios fue un rito agrícola, se trataba de
ofrecer a la Divinidad las primeras espigas de nuestro cereal (como en el caso
de la Pascua era la presentación de las primeras de cebada. ¡cómo
cambian los tiempos! Ayer, cuarenta días después de Pascua, me paré a
contemplar un campo de cebada y pude ver muy pocas espigas que se asomasen por
encima de sus tallos, no creo que se trate de nuestro actual cambio climático.
En la Biblia el trigo es mencionado
explícitamente 94 veces e implícitamente 23.
ESPIGA MADURA
El cereal se planta, generalmente, en
otoño, esperando cercanas lluvias, germina y crece tímidamente poco después,
para espabilarse en primavera, sin diferenciarse demasiado de otros vegetales.
Ahora bien, en cuanto llega el calor, muestra la espiga, que madura y se seca a
inicios del verano, mostrando por fin toda la planta, preciosos tonos color oro
viejo. Es segado de inmediato, amontonadas las gavillas, que se llevarán a la
era para ser monótonamente trillado y para acabar, beldado aprovechando días de
suave viento. Cae primero el grano, un poco más adelante la paja y más alejado
el inútil tamo. Quien de esto nada haya visto o conozca, le costará entender
ciertos pasajes de la Biblia y hasta enseñanzas evangélicas.
ESPIGAR
Pasando al texto bíblico y ambientado en
lo que vengo escribiendo. Hay que recordar a la chiquilla viuda y forastera que
llega a Belén con su suegra y se incorpora de inmediato a una faena agrícola
que acostumbraba a ser muy propia de mujeres, me refiero a espigar. Personas
necesitadas, pobres o extranjeros, iban detrás de los segadores, recogiendo la
mies que se les pudiera caer o no había sido cortada con la hoz, por estar ya
fuera del terreno. Sin llegar a tanta indigencia, se aprovechaban también
cualquier persona que quisiera beneficiarse, La Ley les otorgaba el derecho a
hacerlo y, en el caso de Rut, el solterón Booz se lo
facilitó aún más. Todo fue una trama dirigida por la suegra, viuda, que,
gracias a Dios, les salió bien. Y nunca está tan bien dicho lo de la
intervención de Dios, pues el tal propietario formaba parte de la descendencia
de David, de la que nacería el Mesías. Este precioso libro que se lee en 45
minutos, está encajado todo él en el proceso de la recolección del trigo. Rut
2,23 “Se quedó, pues, con los criados de Booz para
espigar hasta que acabó la recolección de la cebada y la recolección del trigo,
y siguió viviendo con su suegra”
Eran otros tiempos, aquellos y los que
yo conocí. Ahora en estas tierras todo lo hace una máquina cosechadora que
siega, empaqueta la paja en balas y ensaca el grano. Nada se pierde, ni
siquiera se puede observar el proceso, que se realiza en la panza de la
elefantica máquina automotriz.
EL CANTAR
Vuelvo a las antiguas usanzas y añado
que el grano después de beldado se apilaba al aire libre en montones cónicos,
de precioso tono marrón, hasta que en carros se trasportaba al granero. Me he
fijado en estos momentos del procesado para que se entienda la imagen parcial
femenina del Cantar de los Cantares. “Tu ombligo es un ánfora redonda, donde no
falta el vino. Tu vientre, un montón de trigo de lirios rodeado. (7,3).
CERVEZA
Había mencionado el precio del trigo
comparado con el de la cebada. En tiempos pasados, pero no bíblicos, estaba
condicionado por el comercio de este segundo cereal que hoy en día se
aprovecha, además de para piensos del ganado, para la elaboración de la cerveza.
(Aunque Egipto, y seguramente Israel también, conocía la cerveza, no debía de
ser bebida muy común, ya que el Apocalipsis da a entender que era simple
alimento barato): “oí como una voz en medio de los cuatro Vivientes que decía:
« Un litro de trigo por denario, tres litros de cebada por un denario” (6,6)
De este libro podemos deducir también la
importancia que tenía el trigo en la cultura israelita pues es mencionado entre
otras cosas de gran valor, dice el texto “cinamomo, amomo, perfumes, mirra,
incienso, vino, aceite, harina, trigo, bestias de carga, ovejas, caballos y
carros; esclavos y mercancía humana. Y los frutos en sazón que codiciaba tu
alma, se han alejado de ti; y toda magnificencia y esplendor se han terminado
para ti, y nunca jamás aparecerán. (Ap. 18,13).
LITURGIA
Cambio de tercio. Escribo en fecha
próxima a Pentecostés, que, como ya he dicho, tiene sus orígenes en la ofrenda
de las primeras espigas a Dios, no quiero pues, acabar sin ilustrar con algunas
imágenes que se refieran a esta solemnidad.
Si la mayor gloria del trigo es
que con él se elabora la materia que en celebración litúrgica se convierte en
Eucaristía, es verdad también que se realiza por la acción del Espíritu Santo.
Teniendo esto en cuenta, se guardaba esta, y se guarda todavía, en ciertos
lugares, en las “palomas Eucarísticas”, símbolos del Paráclito. Aparece una
paloma de estas que “protege” el sagrario en mi pequeña iglesia.
IMÁGENES
Ya que me he referido a las espigadoras,
es muy conocida esta obra del pintor francés Jean-François Millet.
La veo reproducida en muchos sitios y siempre me encanta. Algunos la recordarán
junto a otra del mismo autor titulada El Ángelus.
Estampa semejante a la que me vengo refiriendo, la imaginamos ilusionados
cuando desde la ciudad de Belén, nos dirigimos hacia el campo de los pastores.
Antiguamente, a ambos lados de la carretera, unos carteles ponían: campos de
Rut.
Las fotografías de labores
agrícolas corresponden a trabajos que, para conservar antiguas tradiciones, en
un pueblo cercano a donde resido las realizan cada año, atrayendo a vecinos y
turistas. Plantan terrenos, siegan, levantan gavillas etc. Evidentemente, los
trabajadores de tiempos bíblicos no vestirían como los de las ilustraciones.
Finalmente una foto de una vidriera de
la catedral de Colonia. El artista no ha olvidado que en el momento de
Pentecostés, a María Madre del Señor, acompañan las Santas mujeres y algunos de
los discípulos. No podía dejar de referirme al prodigio.