NO ESTÁ LEJOS

 

Muchas veces he repetido este pasaje de la historia y siempre he encontrado los mismos gestos de incredulidad.

La batalla de Lepanto es un hecho histórico innegable pero trae algunas imágenes cargadas de color.

Con facilidad unimos dicha batalla con “el manco de Lepanto” (Cervantes) ya que allí “perdió uno de sus brazos”.

Todo nos ha hecho creer en un Cervantes desprovisto de uno de sus brazos cuando, en realidad, lo único que perdió fue el movimiento en un brazo a raíz de la herida que le produjo el disparo de un mosquete.

El otro hecho que posee dicha batalla es lo que se refiere a “María Auxiliadora”.

En cierta medida María fue protagonista en dicha batalla puesto que fue la gran invocada por los soldados españoles.

La gran mayoría de esos soldados habían prestado armas en el continente americano.

Allí habían conocido a la devoción a la “Guadalupana” y llevaban dicha imagen pintada en sus pendones.

A la que invocan como auxiliadora de los cristianos no es a otra que a aquella imagen que veneraban. La Virgen de Guadalupe.

Allí entre los fogonazos que despiertan nubes de humo y resuenan causando destrozos se pasea la imagen de la de Guadalupe dando coraje y ánimo a aquellos soldados.

Es la imagen de una joven, muy joven mujer, con rasgos judíos y paz en su mirada.

Es la imagen de una joven, muy joven, preñada de auxilio y esperanzas.

La batalla de Lepanto se desarrolla a mucha distancia de aquel empobrecido lugar donde es venerada aquella imagen.

Pero para ella no importan las distancias y está allí acompañando a los cristianos.

Su devoción no es el pedido del resignado que espera algún cambio.

Su devoción es el grito del soldado que avanza y lucha.

Su devoción crece entre los gritos de los heridos, el olor a pólvora y los sonidos que alientan a avanzar dando coraje.

No es una invocación que brota entre las paredes de un templo sino en el centro mismo de un duro combate.

María Auxiliadora (Virgen de Guadalupe) nunca está lejos de aquel que enfrenta un momento difícil de cualquier índole.

No es un clamor que surge del resignado o del entregado a su suerte.

No es un clamor que brota entre olores de velas encendidas o incienso. Es un clamor de lucha y de brazos que se resisten a quedar cruzados.

Su presencia es para esperar contra toda esperanza, para luchar en pos de un logro.

No está lejos cuando se deben defender las convicciones.

No está lejos cuando se defienden valores que dicen de Dios y su reinado.

No  está lejos cuando lo que busca conservar son los valores que Cristo propone.

En el continente americano donde se van perdiendo tantos valores.

En el continente americano donde tantas personas viven sumidas en la pobreza o son utilizadas por tantos poderosos.

No está lejos cuando se buscan dignificar a tantos hombres que mendigan su subsistencia.

No está lejos cuando es necesario tanto para rehacer confianza y dignidad.

María Auxilio de los cristianos es un grito que anima a abrir puertas y salir al encuentro de quien necesita una cercanía y un trato humano.

María Auxilio de los cristianos es un grito de tarea y acción con la convicción de que ella no está lejos.

 

Padre Martin Ponce de Leon S.D.B