SANTA MARÍA -II-
Padre Pedrojosé
Ynaraja
Nos lo
contaba Mn Batlle en un campo-escuela de seminaristas. Durante el Año Santo de
1950, por Roma una peregrinación catalana con la imagen de la Moreneta, se cruzó con otra aragonesa con la Pilarica. A la
sorpresa inicial le siguieron expresiones enojosas, hasta acabar con insultos
de unos contra la virgen de los otros y agravios de tan mal gusto.
En la
Historia de la Salvación, Santa María ocupa un lugar eminente, puesta por
escrito discretamente. Desde el inicio en Nazaret, hasta el nacimiento de la Iglesia,
Jerusalén.
La lectura
del Evangelio ha sugerido a la comunidad cristiana idear imágenes, pintadas o
esculpidas, cuya observación inclinase al fiel a venerar a la Madre del Hijo de
Dios. Desde las catacumbas, hasta nuestro presente, no ha dejado de plasmar,
cada comunidad a su manera, iconografías que “hablen” aun a aquellos que no
leen. Pero no se olvide las dificultades por las que pasó el proceso, debates
teológicos y guerras iconoclastas y hasta martirios.
En el
trascurso de la historia ha evolucionado la expresión estética y la confección
de la imaginería mariana. A los diseños al freso en las catacumbas, siguieron
en occidente las imágenes acompañadas de la correspondiente historieta. Lucas
había sido el artista. Ocultadas más tarde por temor a hordas sarracenas y
pastores o pastorcitas que las encuentran. Unas son de mármol, otras de madera,
otras simples mascarillas, vacías por dentro, vestidas de ricas prendas y
adornadas con lucidas joyas.
En otra época
la devoción partió de revelaciones privadas a piadosas personas que dejaron por
escrito sus contenidos.
Posteriormente, en nuestra actualidad, las apariciones: La Salette, Lourdes, Fátima… Son pocos y privilegiados los videntes en algunos casos o más de un millón, cristianos y musulmanes, en otros, incluido el mismo presidente Nasser, marxista declarado, en el caso de El-Zeitoun, a las afueras de El Cairo. Discretas y ocultas apariciones, fotografiadas, filmadas y televisadas estas últimas. (continuaré)