SANTA MARIA-INICIATIVAS
Padre Pedrojosé
Ynaraja
Quien haya
leído los anteriores comentarios, habrá observado que mi devoción a Santa María
es grande. Doy cuenta, pues, de una iniciativa.
En el Montanyà se celebra misa en verano, pero todo el año
permanece el edificio y debo ser consciente y responsable de mi misión
evangelizadora. Pensé, pues, hacer algo semejante al Kotel
de Jerusalén, Makpelá de Hebrón o la casita de la
Virgen, cercana a Éfeso.
Al acercarse
al edificio se ilumina su interior, delante de la entrada, junto a una
fotografía de la imagen de la Virgen, en catalán y castellano, un letrero dice:
María madre de Jesús fue exclusivamente una sola persona. Después los hombres
han hecho de Ella diversas imágenes, según su parecer, que lo expresan con
diferentes advocaciones. Esta del Montanyà fue
tallada en Ruanda, poco antes del genocidio. En consecuencia, evoca devoción y
sufrimiento. Generalmente todos compartimos ambas actitudes. Ella, la llena de
Gracia de Dios es también madre nuestra e intercesora ante su Hijo-Dios. Puedes
dirigirle una oración. Toca después la campana, su sonido irá a lo alto, signo
simbólico de que tu plegaria se eleva a Dios y es aceptada. Puedes escribir la
súplica y clavarla en el tronco de al lado y depositar un donativo en el buzón,
que no sea importante (piensa en posibles robos). Que Dios te conceda la
Esperanza, el bien y la bondad que deseas y más te conviene. La oración se
eleva siempre a Dios y es aceptada (periódicamente se celebrará misa pidiendo
al Señor por estos ruegos)
Junto al
plafón con el texto, hay un tronco. A su lado un martillo, un bote con
papelitos de colores y otro con clavos. Niños, jóvenes y adultos he visto que
miraban, tomaban un papelito, escribían su oración y la clavaban. La mayoría
tocaba la campana situada en el interior, no todos veían la cuerda que se
conectaba con el badajo. La iniciativa no me ha defraudado. El tronco luce
alegremente, testimonios de súplicas anónimas. Con facilidad, sin molestias, ni
apenas gastos, la iniciativa fomenta la oración, cimiento de la vida
espiritual. Tal vez sea poca cosa, no conozco, por ahora, otra mejor y creo que
justifico así mi condición de “capellán del Montanyà”,
casi despoblado durante el curso, que es municipio de Seva,
en la diócesis de Vic (Barcelona)