Sobre el famoso "nunca
más"
P. Fernando Pascual
8-7-2018
Se trata de una frase que
algunos lanzan al viento después de haberse producido graves errores: nunca más
volverá a pasar.
Se destapa un caso de
corrupción entre políticos. Diversos parlamentarios lanzan el grito: nunca más
habrá corruptos en puestos de gobierno.
Se descubren graves peligros
en la calidad de los alimentos. Un folleto de propaganda empieza a circular:
nunca más ocurrirá lo mismo.
Saltan a las noticias errores
y deficiencias en los hospitales. Un político promete que nunca más habrá
descuidos que dañen a los enfermos.
La promesa del "nunca
más", sin embargo, muchas veces es falsa. Porque ciertos errores son
inevitables. Porque incluso gente que hoy es honrada mañana puede caer en la
tentación de un soborno.
Los que prometen "nunca
más" tendrán motivos diversos para proclamar esa frase. Uno consiste en
cierta ingenuidad y falta de experiencia.
En cambio, quien tiene un
mínimo de conocimiento de la volubilidad humana y de lo complejo que es nuestro
mundo, sabe que es muy fácil que se repitan errores y daños del pasado.
Otro motivo para usar (y
abusar) del "nunca más" es más grave: querer engañar a la gente.
Porque resulta fácil prometer, tras un escándalo, que no volverá a ocurrir para
conseguir votos.
Tanto la ingenuidad como el
engaño son motivos suficientes como para no dar crédito a quienes lanzan su
famoso "nunca más". Los unos, porque no podemos dejar
responsabilidades a ingenuos. Los otros, porque quienes mienten no merecen nuestra
confianza.
"Nunca más"... Es
bueno, es necesario, desear que no se repitan fallos. Seguramente no lograremos
alejarlos del todo, pero podemos tomar caminos eficaces para que sea más
difícil que vuelvan a ocurrir.
Entre esos caminos eficaces,
uno consiste en no escuchar a ingenuos ni a mentirosos, para trabajar en serio
con quienes ofrecen pistas realistas para mejorar, al mismo tiempo que nos
preparamos para afrontar nuevos golpes y daños (no siempre podremos evitarlos)
con serenidad y con paciencia.