¿Qué es la parresía?
“Alegraos y regocijaos” (15)
Pbro. José
Martínez Colín
1)
Para saber
Hay una característica que tiene la santidad y es la parresía, dice el
Papa Francisco. Pero, ¿qué significa parresía? Esta palabra quiere decir:
“hablar con atrevimiento”. Implica no sólo la libertad de expresión, sino la
obligación de hablar con la verdad para el bien común, incluso frente al
peligro individual.
Dice el Papa que la parresía incluye: “Audacia, entusiasmo, hablar con
libertad, fervor apostólico”. Significa tener empuje evangelizador, tener
audacia para mostrar el espíritu cristiano. Jesús animaba a sus discípulos a no
tener miedo, sabiéndonos siempre acompañados por Él. Ese atrevimiento no nos
viene por sentirnos fuertes o sabios, sino que, aun siendo frágiles, nos hemos
de sentir portadores de un tesoro que les puede hacer mucho bien a quienes lo
reciban.
2)
Para pensar
La vida de los santos
puede sorprendernos por la audacia que tuvieron al emprender obras que estaban
más allá de sus fuerzas. Un ejemplo lo fue la vida de San Francisco Xavier. En
su juventud vivía alejado de Dios, hasta que conoció a San Ignacio y decidió
seguirle de cerca. Después fue al Oriente a evangelizar, pues sabía que
muchísimas personas no conocían ni el nombre de Jesucristo. Era una aventura
colosal.
Viajó hasta la India, y
desde ahí partía a tierras desconocidas, para transmitir la fe y bautizar a
aquellos indígenas. Solía viajar solo o con un traductor, sorteando toda suerte
de peligros: inclemencias del tiempo, numerosos animales peligrosos –tigres,
tarántulas, víboras de todo tipo, etc.-, hasta tribus antropófagas.
En una ocasión iba
acompañado de un traductor autóctono y se encontró con una tribu que se comía a
los extranjeros. Fue tanto el miedo del traductor, que se quedó mudo. No
lograba traducir el mensaje de paz que le decía San Francisco Xavier, pues
estaban furiosos y dispuestos a comérselos. En esa situación tan tensa, se le
ocurrió al santo empezar a cantarles, en latín, un himno litúrgico. Y como por
encanto, la tribu se apaciguó y pudo empezar a comunicarse con ellos y
convertirlos a la fe.
¿Cómo pudo emprender esas
tareas tan difíciles? Además del gran amor a Dios que le movía, el santo era
llevado por el Don de Consejo y de Fortaleza que el Espíritu Santo le infundía.
Pensemos si somos dóciles
para atrevernos a realizar la tarea que Dios espera de nosotros.
3)
Para vivir
Existe el peligro siempre latente de no querer salirnos de una situación
segura. El Papa Francisco nos previene de esta actitud que nos impiden salir de
“nuestro mundo” y que toma diferentes posturas: individualismo, espiritualismo,
encerramiento en pequeños mundos, nostalgias, repetición de esquemas
prefijados, pesimismo, etc.
Hay que dejarse “despertar” por el Señor y nos saque de un mal
acostumbramiento que nos impide tratar de cambiar realidades inmorales e ir a
personas que buscan a Dios, pero la vida los ha apartado muy lejos de Él.
Incluso esas personas pueden estar a nuestro lado.
El Papa Francisco nos invita a pedirle la gracia al Espíritu Santo de tener
el valor apostólico para comunicar el Evangelio a los demás, aunque implique
renunciar a la comodidad.