La búsqueda de la bondad
P. Fernando Pascual
30-9-2018
A lo largo del día, cientos de
posibilidades surgen ante nuestros ojos. ¿Qué hacer durante el viaje al
trabajo, en un tiempo de descanso, al visitar a un familiar, mientras nos
sentamos a la mesa?
Muchas opciones, lo percibimos
con más o menos claridad, llevan a un avance del mal. Nos impulsan al egoísmo,
hieren a familiares, amigos o conocidos, generan heridas difíciles de curar.
Por eso necesitamos mantener
el corazón abierto y la mente ágil para la búsqueda más importante: la que nos
permite descubrir la bondad que es alcanzable en cada momento.
La búsqueda de la bondad no
resulta fácil, porque a veces hacer el bien cuesta, porque nuestras pasiones
están heridas, porque el mundo impulsa hacia la avaricia, la sensualidad y el
odio.
Pero si nos dejamos curar por
Cristo, si reconocemos lo mucho que nos ama, si pedimos perdón en el sacramento
de la Penitencia, si nos alimentamos con la Eucaristía, veremos que era muy
fácil avanzar hacia el amor.
Podremos así iniciar cada
nuevo día con un propósito sencillo, aunque exigente: hoy dejaré a un lado el
egoísmo, hoy no escucharé a las pasiones ni a las insinuaciones del demonio o
del mundo, hoy estaré atento a lo que me pida Dios.
Con sorpresa, empezaremos a
percibir sus inspiraciones. El Espíritu Santo se convertirá en un Amigo cercano
que facilita el descubrimiento de la bondad alcanzable en cada momento.
Tendremos, sobre todo, una
fuerza interior, desde la gracia de Cristo, que nos impulse a recorrer el
camino más maravilloso y grande que podamos escoger: el que nos lleva a la
caridad sincera hacia Dios y hacia los hermanos.