Tras los nombres de una lista
P. Fernando Pascual
6-10-2018
Es bueno, de vez en cuando,
recorrer la lista de nombres en medio de los mensajes de correo, del WhatsApp y
de los contactos. Porque a veces algunos nombres quedan muy atrás y existe el
peligro del olvido.
Detrás de muchos nombres
recordamos un encuentro, una historia, quizá algún problema, esperamos que
muchas alegrías y buenos recuerdos.
Otros nombres han empezado a
quedar sepultados por el polvo del olvido. ¿Quiénes son? ¿Cómo les conocí? ¿Se
acordarán de mí? ¿Quedó algún asunto pendiente en el pasado con estas personas?
Los nombres pasan ante
nuestros ojos. En ocasiones, algunas fotografías facilitan el recuerdo, tal vez
traen nuevas noticias. Esa persona amiga, ¡ya tiene un nuevo hijo!
Si la lista es corta, pronto
hemos terminado el repaso de nombres. Si es larga, surge cierta desazón: no
parece fácil mantener un contacto fresco y cordial con tantas personas.
Algunas, así lo percibimos
internamente, necesitan ser rescatadas de sus últimos puestos de la lista. Hubo
hace tiempo una relación hermosa que hoy buscaré reactivar con un mensaje de
saludo.
Otras veces el
"contacto" ya no está activo. Seguramente cambió su correo o empezó a
usar un nuevo teléfono. No resulta posible reencontrar fácilmente a esa
persona.
La lista sigue ahí, ante mis
ojos. Seguramente alguno casi no me recuerda. Otros se alegrarían si recibiesen
un saludo mío. Todos, lejanos o cercanos, vivos o muertos, agradecerán una
oración sincera.
A Dios, que nos ha creado, que
nos ha permitido la alegría de un encuentro, le pido por esas personas que
están tras los nombres de una lista. Y por tantos otros que, sin lista, también
han llegado de un modo u otro a tocar y enriquecer el camino de mi vida...