Historia, decisiones y
resultados
P. Fernando Pascual
6-10-2018
En numerosos libros y
artículos, los historiadores destacan cómo decisiones orientadas a obtener un
resultado concreto provocaron, contra la previsión de los gobernantes o
militares, el resultado opuesto.
Imaginemos dos casos. Un
gobierno está involucrado en una guerra costosa. Falta dinero. Después de un
consejo de ministros, se aprueban nuevos impuestos sobre la industria, la
alimentación y el transporte.
De modo espontáneo u organizado,
las empresas y la gente sencilla empiezan a desarrollar una economía sumergida
e ilegal para eludir los impuestos. Con el pasar de los meses, el gobierno
constata con desconcierto que los ingresos han disminuido...
Segundo caso: una situación de
delincuencia organizada provoca graves daños en la seguridad pública. Algunos
mandos policiales, con el acuerdo tácito de las autoridades, inician una
represión agresiva e indiscriminada. Como consecuencia, una buena parte de la
población deja de colaborar con la policía y el caos aumenta
exponencialmente...
Se podrían poner muchos otros
ejemplos, y es fácil encontrar en artículos y libros de historia situaciones
parecidas sobre hechos en tiempos de guerra o de paz, sobre planes económicos o
sobre nuevos sistemas educativos, etc.
Este tipo de situaciones
muestran una problemática que afecta al ser humano en todos los niveles,
personal, familiar, local, nacional o internacional: los planes y las
decisiones no controlan todas las variantes que producen luego resultados
inesperados.
Afortunadamente, ocurre que
una decisión mal tomada, incluso orientada explícitamente a producir daños,
genera un resultado bueno, lo cual deja espacio a situaciones sorprendentemente
beneficiosas...
Pero también ocurre que
aquella decisión que había generado tantas esperanzas y que permitió unir
esfuerzos en vistas a mejorar las cosas, con el pasar del tiempo muestra su
debilidad y provoca resultados dañinos que duran meses e incluso años.
La buena historia, la que
evita manipular y la que está abierta a todos los datos asequibles, permite
constatar la frecuencia de este fenómeno y las paradojas llenas de misterio de
los avatares humanos.
Para quienes cada día tomamos
decisiones, en lo pequeño o en lo grande, tener presente lo anterior nos invita
a evaluar bien cada nuevo proyecto de importancia para orientarlo hacia buenos
resultados. No siempre se alcanzarán, pero al menos habrá menos errores y la
suficiente prudencia para corregirlos tempestivamente.