Promotores de concordia
P. Fernando Pascual
26-10-2018
Hay quienes promueven
tensiones desde ideas, sentimientos, odios, verdades mezcladas con mentiras,
insultos, agresiones implícitas o explícitas.
En ocasiones, tales personas
llegan a generar un remolino difícil de controlar, porque consiguen que algunos
entre "los adversarios" respondan de manera parecida. El conflicto,
entonces, está listo para explotar.
Frente a este tipo de
actitudes y comportamientos, otras personas responden con ideas, palabras
sinceras y respetuosas, gestos de apertura y de perdón, esfuerzos por promover
el diálogo entre las partes implicadas.
Esas personas son promotoras
de concordia y de paz, en medio de tensiones que a veces llegan a la sangre,
pero que pueden ser superadas poco a poco.
Esas personas a veces son las
primeras víctimas del odio de los radicales de uno o de otro lado, precisamente
porque un violento lo que más teme es que otros abran los ojos al respeto y a
la escucha que defienden los promotores de concordia.
La historia humana recoge
siglos y siglos de luchas raciales, de conflictos nacionalistas, de peleas bajo
supuestas banderas de justicia, de odios entre familias.
Frente a tantas situaciones de
odio, incluso de violencia, hacen falta más y más promotores de concordia.
Porque la lucha por la lucha y la sed de venganza genera daños enormes,
mientras que el diálogo auténtico puede superar las diferencias.
El mundo en el que vivimos
presencia, dramáticamente, la acción de sembradores de odios y de promotores de
injusticias, desde los cuales surgen nuevas guerras o divisiones sociales
sumamente dañinas.
Con la firmeza de la verdad y
con la valentía de quienes construyen puentes y facilitan escuchas, surgirá la
esperanza, porque hay promotores de concordia que, en medio de diferencias
legítimas, buscan la paz y la concordia entre todos.