MARÍA
DE LAS MANOS LLENAS.
¿Cómo
haces, María?
Tus
manos prolongadas de largo
siempre tienen lugar,
siempre encuentran un
tiempo.
Tus
manos estiradamente frágiles
siempre encuentran la forma
para hacerse presencia,
para atender mil
detalles.
¿Cómo
haces, María?
Tú
no descuidas lo tuyo
ni lo haces más o menos
sino que todo lo colmas
de amor.
¿Cómo
haces, María?
Parece
como que tus flores
siempre fuesen las más
bellas
porque más cercanas al sol.
¿Cómo
haces, María?
Parece
como que tus colores
siempre fueran los más
brillantes
porque rebosantes de calor.
¿Cómo
haces, María?
Si
en tus manos prolongadas y frágiles
parecería sólo existe lugar
para la delicadeza de una
súplica
Pero
tus manos, María
siempre están en actividad,
siempre están en movimiento,
siempre están en incesante
acción.
Por
ello al mirar tus manos
Me
pregunto ¿cómo haces?
Porque
yo, María,
Siempre
tengo muy poco tiempo.
Mis
manos siempre están cansadas
mis manos están
tensionadas,
mis manos están
preocupadas
y, allí, se les va su
tiempo.
Mis
manos no tienen tiempo
mis manos no tienen
lugar,
mis manos no tienen
espacio
para que entre alguien
más.
¿Cómo
haces, María?
Yo
lo quisiera intentar
para algún detalle
atender
y, así, una caricia
brindar.
¿Cómo
haces, María?
María,
mujer de manos llenas
yo quiero, como tú,
ocupar tanto mis manos
que vea a Cristo crecer.
Padre Martin Ponce de
Leon SDB