UN
MOMENTO BISAGRA
Sin lugar a dudas uno de
los momentos trascendentes en la vida de Jesús es el que se conoce como “Su
bautismo en el Jordán”
En realidad Jesús ya había
sido bautizado según el rito judío puesto que había sido circuncidado. Ese es,
realmente, su bautismo.
Muchos años después,
trasladándose a las orillas del Jordán, va a vivir el encuentro con Juan y va a
realizar el baño de conversión que este proponía.
Permítaseme realizar un
divague sobre la propuesta de Juan.
Hay quienes sostienen que
Juan había abrazado la religión mandea.
Los mandeos
son un grupo religioso llegado a Galilea desde Egipto y proponían un baño de
conversión como forma de purificarse.
De Galilea pasaron a Irak
donde a finales del siglo pasado formaban una colonia de unos 20.000 fieles.
Por no ser de religión musulmana fueron perseguidos por Sadam Huseim retirándose a una zona de pantanos donde aún
sobreviven unos muy pocos. Ellos se denominan “Los cristianos de Juan” y tienen
a Juan como su gran profeta.
La realidad imperante era
una acabada demostración del enojo de Dios y la necesidad de convertirse para
poder agradarle.
Esta es, sin duda, la
propuesta de Juan.
Jesús se llega hasta donde
se encontraba su pariente predicando. Escucha su mensaje y se somete a ese baño
de conversión.
Va a pasar un tiempo con él
y va a conocer a alguno de sus discípulos hasta que decide abandonar tal
propuesta y comenzar con su misión.
Lejos de continuar
predicando a un Dios enojado va a predicar a un Padre misericordioso,
comprensivo y muy cercano a los hombres. Esa será su “Buena Noticia”
Tal acontecimiento ha de
ser un momento bisagra en la vida de Jesús.
Deja atrás un prolongado
tiempo de silencio dedicación a su familia.
Deja atrás un prolongado
tiempo búsquedas y oración.
Ha llegado el momento de
romper con su pasado y comenzar un tiempo de renovación y liberación.
No precisa de mucho para
saber las consecuencias de su decisión.
Proponer un cambio, en
aquella época, era enfrentarse con las autoridades de su tiempo.
Proponer un cambio era una
invitación al conflicto y lo que ello implicaba.
Era asumir una misión nada
fácil y con un destino casi inevitable.
Jesús asume esa realidad
mediante el baño de conversión realizado por Juan.
Ya nada será igual en la
vida de Jesús.
Comenzará su misión en la
lejanía de Jerusalén y a nadie habrá de incomodar pero a medida se acerca a la
capital comienza a molestar y a tejer su final.
La gran novedad de Jesús es
su popularidad cimentada en su lenguaje sencillo y su vida coherente con su
predicación.
No busca el poder ni la
fama sino la dignidad de las personas que se acercan hasta Él.
Tiene la mirada puesta en
aquellos a quienes el sistema y la realidad han marginado y viven olvidando su
condición de personas.
No es fácil dejar tranquilidades
o seguridades para empeñarse en tal tarea.
Vaya uno a saber qué movió
a Jesús a llegar a la determinación que su tiempo había llegado y debía
realizar tal cambio de vida.
Sin duda la prédica de Juan
debió ejercer alguna influencia en Él para tomar tal determinación que tomó por
sorpresa a sus familiares y allegados. Estos habrían de llegar a la certeza de
que Jesús había enloquecido.
Lo cierto es que el
encuentro con Juan va a motivar aquella conversión que implicaría cada uno de
sus momentos de allí en más.
Padre Martin Ponce de Leon SDB