Parámetros de las encuestas
P. Fernando Pascual
6-3-2019
Entre los parámetros que se
usan para analizar una encuesta aparecen varios que se refieren al sexo, a la
raza, a la condición económica, al nivel de estudios, a la religión, a las
preferencias electorales, y otros según criterios diferentes.
A través de esos parámetros se
busca evidenciar la posible relación entre una característica del encuestado y
sus opiniones concretas en ámbitos como los impuestos, la educación, la
regulación del matrimonio, el aborto, la eutanasia.
Por ejemplo, si en una
encuesta en los Estados Unidos se concluye que los varones de raza blanca y
alto nivel económico prefieren un candidato de derechas, mientras que las
mujeres de color de bajo nivel económico prefieren un candidato de izquierdas,
parecería fácil suponer que los parámetros escogidos desvelan ciertas "causas"
de las preferencias de los encuestados.
Las encuestas revelan con
frecuencia cómo un porcentaje elevado de personas con la característica X
prefieren la opción A, mientras que una minoría de los que son de esa misma
característica prefieren otras opciones, a veces muy
diferentes de A.
La existencia de diferentes
preferencias en una misma categoría de encuestados da a entender que no basta
con pertenecer a esa categoría para luego apoyar una idea o la opuesta.
Ciertamente, que la mayoría de un grupo quiera algo da a entender que
pertenecer a ese grupo impulsa hacia esa creencia.
Impulsa, pero no es
determinante, precisamente porque un porcentaje, muchas veces minoritario pero
no despreciable, piensa de otra manera. Lo cual lleva a reconocer que las
personas no piensan aprisionados por su situación concreta, sino desde otros
criterios que no siempre aparecen en las encuestas.
Conviene añadir que los parámetros
que se escogen no siempre son los mejores. Incluso en ocasiones son parámetros
que, de un modo más o menos escondido, se basan en prejuicios favorables hacia
algunas de las categorías y prejuicios desfavorables hacia otras.
Pero a pesar de esos límites,
lo que las encuestas no pueden ocultar es un fenómeno humano que resulta
siempre sorprendente: ni la educación, ni la edad, ni la raza, ni la situación
económica, explican completamente por qué las personas llegan a defender unas
ideas y a rechazar otras.