EJERCICIO DE PACIENCIA
Una
de las realidades exigentes, al menos para mí, es mirar la tele con la compañía
de uno de los que vive en la parroquia desde hace ya unos años.
Sé
lo que es pero no logro acostumbrarme.
Sé
lo que me implica pero me desacomoda la poca paciencia que poseo.
Sea
el programa que sea siempre tiene comentarios para realizar.
Cuando
es alguna película sé que debo escucharle despotricar contra los que
intervienen en ella.
Todas
las actrices son “hermanas del técnico de Peñarol” y todos los actores son
“hermanos de algún jugador de Peñarol”
Los
únicos que merecen sus comentarios de ponderación son aquellos que aprendieron
con “Bonanza” o con “Harry Poker”
Lo
más difícil se hace su compañía durante el informativo o los partidos de
fútbol.
Allí
saca a relucir toda su capacidad de hacer que mi poca paciencia sufra
alteraciones.
No
importa la noticia que sea para que tenga abundantes comentarios y
explicaciones para brindar.
La
mayoría de los coches accidentados son conocidos suyos pues han estado
estacionados en el centro.
No
importa si el accidente fue en Maldonado, Argentina o algún lugar de Europa.
“El dueño de ese auto es flor de machete porque cuando estuvo en el centro no
me dio nada” “La dueña de ese auto es buenísima. Siempre me da veinte pesos”
La
casi totalidad de los políticos no saben nada y cuando estuvieron por aquí él
les dijo: “Usted es flor de atrevido porque no sabe nada. Tiene que tener más “periencia” y llevarla con esta (hace señas tocándose la
sien). Yo lo conocí cuando estuvo en el centro y hablé con él”
Pero
su descontrol más total es cuando mira fútbol.
Siempre,
como no podría ser de otra manera, está en contra de lo que dicen los relatores
o los comentaristas. “Estos viejos no saben nada”
Todo
el tiempo que dura un partido grita y vocifera contra jugadores o jueces.
Cada
vez que anuncian algún gol en otra cancha él grita: “Ahora sí, Nacional se
despide de la copa” “Chau Peñarol, ahora tiene que hacer veinte goles para
ganar”
Llega,
se pone a mirar y: “Este cuadro está jugando malísimo. Tiene que hacer un
cambio”
Sea
cual sea el partido que mire del lugar que sea “Tiene que ir a la cancha de
Danubio y allá lo están esperando Mineiro, un cuadro
mejicano, Defensor, El Tanque” y algún otro cuadro que se le ocurra. “Van a
jugar a cancha cerrada y por la penal”
Es
obvio que hay un montón de comentarios que me resultan imposibles de compartir
puesto que sería lo último que escribirían y este artículo no sería publicado.
“Este
juez es de Montevideo y está comprado por Nacional y Peñarol. Está preso porque
lo agarraron con una nena chiquita dentro del baño de un liceo”
“Yo
ahí le pego y si me dice algo le saco la roja y lo mando a lavarse las patas”
Son
noventa minutos donde grita, vocifera, insulta y se enoja.
Por
suerte los partidos de fútbol tienen quince minutos de descanso donde guarda un
inmenso silencio. Yo creo que recarga las pilas para poder soportar el segundo
tiempo con renovada energía.
Es
imposible resultar indiferente pero, también, inútil realizar algún tipo de
comentario puesto que ello motiva una andanada de gritos que intentan demostrar
lo equivocado que uno está.
Supongo
no alcanza con tener paciencia para poder disfrutar de algún rato de televisión
se requiere muchísima paciencia y yo sé que no la tengo.
Nadie
me creerá si le digo que mirar televisión con él es algo mortificante.
Uno
sabe a lo que se expone pero siempre logra desacomodar la paciencia que uno
pueda intentar ejercitar.
Es,
sin duda, un regalo de Dios para aprender a tener algo de esa inmensa paciencia
que Él tiene para con nosotros.
Padre
Martin Ponce de León SDB