Las culturas entre el bien y
el mal
P. Fernando Pascual
10-5-2019
El diálogo entre culturas ha
sido, es y será un tema clave en las reflexiones sobre cómo convivir entre los
seres humanos.
Al hablar sobre ese diálogo
existe un peligro: usar el término "cultura" en un sentido demasiado
vago, que puede dejar a un lado las diferencias.
Es cierto que casi siempre, al
hablar de culturas, uno de los puntos fundamentales es reconocer que existen
diferencias entre grupos, pueblos y naciones.
Pero quedarse en el
reconocimiento de las diferencias y no analizarlas en sus aspectos positivos y
negativos resulta inadecuado por dejar a un lado un punto importante a la hora
de considerar tales diferencias.
Hace falta, entonces, formular
la pregunta: )resulta legítimo distinguir entre culturas
mejores y peores, entre características positivas y negativas presentes en las
culturas?
El mero hecho de formular la
pregunta surge desde visiones culturales concretas. Porque para algunos es
relevante distinguir entre lo bueno y lo malo al hablar de las culturas,
mientras que para otros hacer distinciones de este tipo resultaría erróneo.
La pregunta, sin embargo, no
puede quedar entre paréntesis. Aunque la distinción entre acciones buenas y
malas no coincida entre muchas culturas, no por ello podemos dejarla de lado al
hablar sobre las diferencias culturales.
Incluso el esfuerzo más
objetivo por recoger lo que caracteriza a las culturas lleva a descubrir que
muchas de ellas consideran buenos algunos criterios y modos de vivir, mientras
que condenan como malos otros criterios y otros comportamientos.
En otras palabras: un serio
estudio sobre las culturas no puede dejar de lado los criterios sobre el bien y
el mal. Tales criterios necesitan una correcta fundamentación, para no incurrir
en un subjetivismo que distorsione la perspectiva.
¿Dónde encontrar esos
criterios? La respuesta no resulta fácil, pues muchos de esos criterios surgen
precisamente desde la cultura a la que uno pertenece... Pero reconocer esto no
implica abandonarnos a un relativismo cultural que impida dar la respuesta.
En tantas sociedades donde
conviven personas de culturas diferentes, el gran reto consiste en una sana
confrontación que evidencie los puntos en común y que reconozca las
diferencias, en vistas a profundizar en un tema irrenunciable: ¿qué
características de la propia cultura y de las culturas ajenas pueden ser vistas
como buenas o como malas?