CADA DÍA SU AFÁN
LA MUCHACHA DE NAZARET
En su exhortación “Cristo vive” (25.3.2019), dedicada a
los jóvenes, el papa Francisco ha querido incluir una referencia a María, “la
muchacha de Nazaret” y madre de Jesús, que resplandece en el corazón de la
Iglesia.
1. De hecho, María es el gran modelo para una Iglesia
joven, que quiere seguir a Cristo con frescura y docilidad. Siendo joven,
recibió el anuncio del ángel y no se privó de hacer preguntas. Pero tenía un
alma disponible y dijo: «Aquí está la servidora del Señor» (ChV
43).
2. Como aludiendo a la provisionalidad con la que hoy se
toman las más importantes decisiones, el Papa subraya la respuesta firme de
María a la propuesta del ángel. “Fue
algo distinto a un “sí” como diciendo: bueno, vamos a probar a ver qué pasa” (ChV 44).
Aquel “sí” reflejaba el compromiso definitivo de quien
quiere apostarlo todo, de quien se sabe portadora de una promesa. María tendría
una misión difícil, pero las dificultades no eran una razón para decir “no”.
El Papa introduce tres frases que reflejan el lenguaje y
los criterios del mundo de hoy: “¡María no compró un seguro de vida! ¡María se
la jugó y por eso es fuerte, por eso es la influencer de Dios! El “sí” y las
ganas de servir fueron más fuertes que las dudas y las dificultades (ChV 44).
3. En nuestra sociedad, los compromisos parecen tener una
fecha de caducidad. María dio su adhesión a la propuesta de Dios y se mantuvo
fiel hasta en los momentos más difíciles. Ante el dolor de su Hijo, fue la
mujer fuerte del “sí”, que sostiene y acompaña, cobija y abraza. Por eso María
es la gran custodia de la esperanza (ChV 45).
4. María era la chica de alma grande que se estremecía de
alegría, era la jovencita con los ojos iluminados por el Espíritu Santo que
contemplaba la vida con fe y guardaba todo en su corazón de muchacha. Era la
inquieta, la que, al saber que su prima la necesitaba no pensó en sus propios
proyectos, sino que salió hacia la montaña sin demora (ChV
46).
5. Cuando había que proteger a su niño, se fue con José a
un país lejano. Y, andando el tiempo, permaneció junto a los discípulos
reunidos en oración a la espera del Espíritu Santo. Con su presencia, nació una
Iglesia joven, dispuesta a hacer nacer un mundo nuevo (ChV
47).
6. Aquella muchacha de Nazaret hoy es la Madre que vela por
estos hijos que caminamos cansados y agobiados, pero manteniendo viva la luz de
la esperanza. Nuestra Madre mira a este pueblo peregrino que la busca haciendo un
silencio esperanzado en el corazón en medio de tanto ruido. Y así María ilumina
de nuevo nuestra juventud (ChV 48).
En estos seis puntos, el papa Francisco ha presentado a
los jóvenes y a toda la Iglesia una imagen de María que desafía nuestra
comodidad, apoya nuestro compromiso de fe, mantiene viva nuestra esperanza y da
fidelidad a nuestro amor.
José-Román Flecha Andrés