Actividades disgustosas
P. Fernando Pascual
20-8-2019
Con frecuencia tenemos que
realizar actividades disgustosas, ocupaciones que nos desagradan, incluso que
detestamos y nos ponen de mal humor.
Algunas de esas actividades
pueden ser obligatorias por motivos legales o simplemente porque hay que
hacerlas sin demora. Hay quienes sufren al tener que lavar periódicamente la
ropa...
Otras de esas actividades no
son impuestas por la ley o por la necesidad, sino que llegan a causa de errores
de uno mismo o de otros. Por ejemplo, cuando por descuido dejamos el grifo
abierto y luego tuvimos que dedicar un buen tiempo a recoger el agua derramada
por los suelos.
Hay diversos modos de afrontar
esas actividades disgustosas. Hay quienes las viven con tedio. Otros con
enfado. Otros con deseos de terminar cuanto antes. Otros con una extraña
sensación de fatalismo. Otros con una amargura corrosiva.
También hay quienes las
afrontan con calma: muchas actividades disgustosas son parte de la vida. Otros
pueden llevarse a cabo con cierto optimismo: lo que se logra al limpiar el
suelo tiene su valor y promueve la paciencia y la responsabilidad.
Ante las actividades
disgustosas, resulta importante no dejarse llevar por actitudes negativas, sino
saber que la vida está llena de momentos diferentes, y que en cada uno de ellos
es posible encontrar un significado e incluso una ganancia.
Porque una tarea tan
"prosaica" y aparentemente vacía como ir a las oficinas para rellenar
un formulario estadístico puede ayudarnos a encontrar a otras personas y a
ayudar a algún político honesto a realizar mejor su trabajo.
Además, una actividad
disgustosa, ofrecida por amor y con el deseo de ayudar a quienes puedan
beneficiarse de ella, agrada a Dios y promueve en el alma actitudes de
generosidad y de altruismo que son tan necesarias en nuestro mundo.
Hoy quizá no conozco cuál va a
ser la dosis de tareas disgustosas que tendré que acometer. Pero sí sé que, si
hago todo lo que hago por amor y para amar, el tiempo dedicado a alguna
actividad que no me agrada puede adquirir un brillo y un valor
insospechadamente hermosos...