MI MISA

Padre Pedrojosé  ynaraja  díaz

 

La Iglesia latina establece que el fiel cristiano debe asistir a la celebración de la misa los domingos y fiestas. Al referirme a la primera parte, la de catecúmenos llamada así antiguamente, liturgia de la palabra en la actualidad, queda claro que es la más antigua y fundamental catequesis, abierta a todos. Debo señalar, para diferenciarla de las otras formas, que tiene la particularidad de estar presente en ella el mismo Cristo, como señala el Vaticano II “La `proclamación de la Palabra de Dios en la celebración, comporta reconocer que es Cristo mismo quien está presente y se dirige a nosotros para ser recibido” (Verbum Domini, 56).

Si la enseñanza escolar primaria y secundaria la recibe el niño en la escuela que escogen sus padres, cuando se trata de aprendizajes posteriores, es él mismo quien la elige. Pienso ahora en las clases y prácticas para obtener el permiso de conducir. Cada uno selecciona academia y por ende, el instructor que le enseñará.

Algo así debería ser el planteamiento cristiano. Nunca me ha gustado la limitación territorial de la parroquia latina. El fiel de la gran ciudad puede dormir en un lugar, trabajar profesionalmente en otro muy lejano y estar comprometido cristianamente en una organización católica, con sede a gran distancia.

¿Cuál es su parroquia? ¿Dónde celebrar su Fe el domingo? ¿Cómo deben planteárselo los sacerdotes responsables?

He mencionado las escuelas de carnet de conducir y me gusta seguir el ejemplo. A ninguna de  estas se le ocurrirá escoger para las prácticas un Ford T o un Ford Mustang, ambos inmejorables en sus tiempos, ni instructor extranjero y que padezca dislexia, ni un cantante de opera.

Otra cautela será el estacionamiento. La facilidad de aparcar será buen atractivo para ir a misa a un determinado sitio. El idioma es otro condicionante. El don de lenguas de Pentecostés es hoy predicar en las lenguas de los asistentes o de otros, habituales o esporádicos. Razones culturales o políticas no pueden ahogar los dones del Espíritu.