Predicación en misa
Padre
Pedrojosé ynaraja
díaz
En mis infantiles tiempos, la misa, celebrada en latín, excepto
las avemarías últimas, ni predicación, ni comunión de los fieles. Podían unos
confesarse, que no está mal hecho, o rezar el rosario, así oyen misa y
ganan indulgencias, decía un párroco. Si alguien deseaba comulgar, al
final y tal vez en otro altar.
Predicar
en otros momentos y obedecía a criterios de un arte llamado oratoria sagrada.
Una asignatura le estaba asignada en el seminario. Se precisaba oficio, más que
actitud.
No
así en tiempos apostólicos.
Las
reuniones cristianas se iniciaban leyendo los mensajes que la comunidad
recibía. Repletos de doctrina, llámesele Carta a los romanos o 2Timoteo. El
apóstol recuerda que olvidó un abrigo o un libro escrito en pergamino. Comenta
también, con pelos y señales que algunas personas le han ayudado y otras ofendido.
El
abrigo y el pergamino ¿son palabra de Dios? Evidentemente no, pero el detalle
enseña que los escritos apostólicos no son lecciones magistrales, propias de
inauguración de curso. Se leían, escuchaban, comentaban como comunicaciones
confidenciales, con el encargo de pasarlas a otras comunidades. Muchos ejemplos
y recomendaciones obedecen a normas sociales de su tiempo, pienso en la
cuestión de que las mujeres asistan cubiertas.
Hoy
debería recordarse tales comportamientos. Adaptarse a los que escuchan, su
lengua, sus costumbres, para que las verdades y los criterios sean
entendidos. Pero sin pasarse, que popular no es populachero. Me contaron que
les dijeron a los chiquillos que llevaran a misa un globo. El colorido, sin
duda era bonito, algunos globos se escaparon y elevaron a la bóveda, muy
divertido. Llegó un momento y el sacerdote indico a los chiquillos que
pincharan su globo, se oyeron muchos chasquidos y desaparecieron. Acabado el
jolgorio, el sacerdote dijo: lo mismo pasa con los pecados, están en nosotros,
nos confesamos y desaparecen. Alegre pedagogía, si,
pero ¿aprendieron qué es la Gracia sacramental o se quedaron con juego?.