Voz del Papa

Nueva Exhortación del Papa

José Martínez Colín

 

1)  Para saber

Con motivo del Sínodo del pasado octubre, el Papa Francisco publicó una Exhortación Apostólica llamada “Querida Amazonia”, donde quiso expresar su sentir para que sirva de reflexión y de orientación a la Iglesia.

En ella nos recuerda que la Amazonia se entiende como una  totalidad plurinacional interconectada que comparten nueve países: Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Venezuela y Guayana Francesa. No obstante, esta Exhortación está dirigida a todo el mundo, pues puede inspirar a todos los pueblos.

La Exhortación está dividida en “cuatro grandes sueños”: Sueño por los derechos de los más pobres; sueño por preservar la riqueza cultural donde brilla la belleza humana; sueño por la custodia de la hermosura que engalana la naturaleza; sueño con comunidades cristianas que sean capaces de entregarse.

2)  Para pensar

Quien fue obispo auxiliar en Nueva York, Fulton Sheen, cuenta que al ir a Filadelfia no encontraba el ayuntamiento. Preguntó a unos jóvenes y uno se ofreció a guiarlo. De camino el joven le preguntó a qué iba. El obispo le dijo que iba a dar una conferencia. “¿Y sobre qué?” preguntó el joven. “Del camino para ir al Cielo”, contestó. El joven incrédulo dijo: “¿Para ir al Cielo? ¡Pero si ni siquiera sabe ir al ayuntamiento!”

Para quienes se han encontrado con Cristo y viven en su amistad, dice el Papa, es inevitable hablar de Él. La verdadera ayuda a los pobres y necesitados no es solo un mensaje social, sino consiste en liberarlos tanto de la miseria material e injusta, como en proponerles la amistad con el Señor, quien los promueve, dignifica y salva (n. 63).

El Papa nos recuerda que se trata de reconocer a Cristo en el otro y de valorarlo descubriendo la inmensa dignidad por ser amados infinitamente por el Padre Dios. Es la llamada “ecología humana” de la que hablaba Benedicto XVI, la cual tiene presente el respeto por el hombre y la naturaleza.

3)  Para vivir

En la evangelización se da un proceso de inculturación, que no desprecia nada de lo bueno que ya existe en las culturas, sino que lo recoge y lo lleva a la plenitud a la luz del Evangelio. Cada cultura ha de ser redimida. Todos tienen derecho al anuncio del Evangelio. Como decía San Juan Pablo II: «una fe que no se haga cultura es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada, no fielmente vivida» (n.67).

El Papa Francisco invita a los que viven en ciudades a despertar el sentido estético y contemplativo que Dios nos ha dado y que dejamos atrofiar. Si no valoramos la belleza de algo, fácilmente se abusa de aquello, cayendo en una obsesión por una vida consumista, que provoca violencia. Muchas veces los pueblos pobres nos enseñan a vivir una feliz sobriedad disfrutando los pequeños dones de Dios sin acumular cosas inútiles.

En la inculturación los sacramentos tienen un especial significado, porque en ellos se une lo divino y lo cósmico, la gracia y la creación. Todos podemos colaborar orando por vocaciones sacerdotales que lleven la Eucaristía y el perdón a los pueblos alejados. El Papa termina acudiendo a la Virgen María, pues su presencia es imprescindible para facilitar que su Hijo nazca en los corazones

José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero (UNAM) y Doctor en Filosofía (Universidad de Navarra). (articulosdog@gmail.com)