RELIGIÓN EN CLASE

Padre pedrojosé ynaraja díaz

Siempre he creído que mi vocación, la llamada de Dios, fue a favor de la juventud y he procurado ponerla en práctica. También en la escuela y de muchas maneras. Ahora bien,  continuo pensando que la clase de religión no es el mejor medio escogido por Jesús, cuando dijo: id por todo el mundo…

A las razones generales, se le añade otra, en el país donde resido. Sufrió una guerra civil en la que maestros y juventud se vieron inmersos. Entre depuración de algunos profesores y muerte o exilio de otros, se acudió, acabada la contienda, a suplir las plazas  de enseñantes como se pudo.

Guardo buen recuerdo de los profesores de religión. La consecuencia de la escabechina de clérigos propia de aquella guerra, supuso que los que sobrevivieron se sintieran solidarios de los que perecieron.

El latín fue otra cosa. La falta de profesores se suplió en muchos casos, con sacerdotes que conocían esta lengua por sus estudios de seminario. No ejercían con simpatía, su labor era suplencia. El latín fue asignatura antipática, quien lo enseñaba, generalmente,  también.

Más tarde, el profesor desempeñaba su función de acuerdo con su vocación cristiana, pero nunca suspendía. La asignatura era una de las “las tres marías”. El jocoso apelativo inició su descredito.

Continuaron algunos profesores siendo fieles a su vocación. Otros se aprovechaban de que tal oficio suponía jugoso sueldo.

Si en algo eran sinceros los tales, era inculcando sus inquietudes. De una monja que solicitó mi colaboración para que explicase como era el país de Jesús, advirtiéndome que sus alumnas, de 11 o 12 años, ya estaban al corriente de las fuentes eloista, yavista, sacerdotal y deuteronómica (¡Dios mío!, que les habrá quedado de aquello?) al sacerdote en crisis quea alumnos de bachillerato les comunicaba que lo de que Jesús había dado su vida por nosotros, era cuento chino. Lo detuvieron en un lugar estratégico del que no podía escapar y sanseacabó.

Entre nosotros, tal asignatura, ¿resulta útil para el Reino?