MARIA, MADRE DE LA SALVACION
“El Ángel del Señor anuncio a María, y Concibió por Obra y
Gracia del Espíritu Santo” (Del Ángelus)
Durante este mes, la Iglesia celebra diversas solemnidades,
entre ellas La Santísima Trinidad, dogma central de nuestra Fe y que se celebra
el domingo siguiente a Pentecostés.
El día del Corpus Christi, antiguamente llamado Corpus Domini, celebra la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de
Cristo en la Santa Eucaristía, instituida por Jesucristo en la Ultima Cena al
convertir el Pan y el Vino en su Cuerpo y Sangre: “Hagan esto en mi
memoria”.
Este mandato transmitido a sus discípulos es lo que ha hecho
posible, que por siglos, a través de la Consagración del pan y el vino,
nosotros podemos recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Eucaristía.
En Junio también celebramos el día de los Padres y las
festividades de San Juan Bautista y San Pedro y San Pablo.
Hay que destacar la figura de María. Ella ocupa un lugar muy
importante en nuestra Iglesia a pesar de su humildad y sencillez. María Hija de
Dios Padre fue la escogida para ser la Madre de Dios Hijo, y Esposa del
Espíritu Santo.
En María coinciden las tres personas de la Santísima
Trinidad. Dios Padre la eligió Purísima, escogió su vientre y su sangre como tabernáculo
vivo para que el Verbo se hiciera Carne.
Eva fue la madre de la creación, pero con su desobediencia,
trajo la muerte al mundo.
María, obediente, madre de Jesús es portadora de la vida,
madre de la salvación.
La Virgen María, La Purísima, La Inmaculada, en cualquiera de
sus advocaciones es nuestra Madre Santísima, nuestro Refugio.
Seamos fieles al rezo del Santo Rosario y regocijémonos
en la Bendita Madre que Jesús nos entregó desde la Cruz.
Diego Quiros, Sr.