NUEVA NORMALIDAD
Vaya
uno a saber quién es el inventor de esa expresión que ha de ser muy utilizada
de hoy en más.
Sin
lugar a dudas este 2020 ha de quedar marcado en nuestra historia por todo lo
que ello ha implicado en todos los órdenes de la vida.
Pero,
también, porque nos ha abierto las puertas a la “nueva normalidad”
La
realidad nos ha ido empujando a enfrentar desafíos que, ni soñábamos, habríamos
de enfrentar.
Los
medios de comunicación nos han permitido experiencias que ni remotamente
soñábamos podríamos realizar.
Hemos
debido incursionar, aprender y ejercitarnos en la utilización de tecnologías
que estaban pero no utilizábamos.
Los
medios de comunicación se nos han presentado como poderosos aliados para
sobrellevar la realidad y han sido utilizados con la mayor buena voluntad y
creatividad.
Viene
ahora, porque algún día habrá de llegar, la “nueva normalidad” y ¿debemos dejar
lo nuevo para volver a lo anterior?
Sin
duda que hay realidades que no pueden desecharse. La presencialidad
seguirá siendo insustituible pero ¿y lo nuevo?
Ha
demostrado ser un valioso instrumento y, creo yo, no hay que desecharlo.
Habrá
que incorporarlo como una nueva manera de realizar y compartir.
Habrá
que conservarlo como una nueva forma de estar en sintonía con un hoy que, cada
vez más, utiliza y se vale de los medios de comunicación.
Deberemos
cambiar nuestro modo de enfocar muchas cosas para no quedarnos por fuera de la
“nueva normalidad”
Hace
unos días debí participar de una eucaristía que era transmitida por un medio de
comunicación actual y de uso muy generalizado.
Niños
participaban. Niños intervenían. No estaban físicamente presentes pero habían
hecho llegar lo elaborado por ellos.
Dichas
intervenciones le daban a la celebración una vivencia muy importante. ¿Se puede
perder eso?
Sin
lugar a dudas que NO. Deberían mantenerse y utilizarse debida y adecuadamente.
Yo
supongo estarán los fundamentalistas que dirán, tal vez, que ello no está
permitido o autorizado. Quizás no llegan a saber que la realidad ha cambiado.
Claro,
es mucho más fácil limitarse a lo ya sabido que andar transitando por caminos
donde se impone la búsqueda y la creatividad.
No
es despreciar lo anterior sino, simplemente, asumir que la realidad ha cambiado
y lo vivido nos ha servido de algo.
Hemos
aprendido y descubierto que “la nueva normalidad” no nos puede dejar aferrados
a un pasado que se enfermó de coronavirus.
La
cuestión no pasa por suplir una cosa por otra sino incorporar realidades que se
nos han mostrado como valiosas y útiles.
Soy
un convencido de que “la nueva normalidad” comienza por nuestro cambio de
mentalidad aunque ello implique arriesgarnos y cometer errores que nos ayuden a
aprender.
La
“nueva normalidad” no puede darse como si lo que ha sucedido en todo el mundo
fuese, únicamente, un algo cargado de números y anécdotas pero desprovista de
una postura nueva ante la realidad.
La
“nueva normalidad” la habremos de construir entre todos y requerirá, de cada
uno, un algo de audacia y un mucho de espíritu innovador.
La
“nueva normalidad” implicará una atenta lectura de lo que nos ha dejado este
tiempo de pandemia y cuarentena.
Todos
y cada uno de nosotros debemos sentirnos desafiados y con el corazón y la mente
bien abierta para ser útiles conforme los tiempos que nos tocan vivir.
PadreMartin Ponce de León SDB