¿Dónde está tu Dios?

La fe cristiana ante la increencia religiosa

Martha Morales

 

Hay un documento en www.vatican.va que tiene ese título y del que aquí damos unas pinceladas: ¿Dónde está tu Dios? La fe cristiana ante la increencia religiosa.

El escándalo del mal y el sufrimiento de los inocentes ha sido siempre una de las justificaciones del ateísmo y del rechazo de un Dios personal y bueno. Este rechazo procede de no aceptar el sentido de la libertad del hombre, que implica su capacidad de hacer tanto el bien como el mal (cf. 2.3).

El secularismo es una concepción del mundo según la cual el mundo se explica por sí mismo, sin que sea necesario recurrir a Dios; luego, Dios resultaría superfluo.

Muchos creyentes se dejan dominar por una mentalidad hedonista, consumista y relativista, entonces se adormece la conciencia. Y si se meten a la Nueva Era crean más confusión en su interior.

A eso hay que añadir que no hay referentes claros en los creadores de opinión pública. Algunos de ellos no saben dar razón de su fe. Por lo demás, el laxismo en las costumbres y la ostentación del pansexualismo producen un efecto adormecedor sobre la vida de fe. Así se extiende un cierto ateísmo práctico.

Hace pocas décadas resurge una nueva religiosidad que se caracteriza por la adhesión hacia un dios sin rostro. La nueva religiosidad coloca al “yo” en el centro, que se funda en el éxito personal y en los logros de las propias iniciativas. Aquí se halla el abismo que separa la religión del yo de la religión cristiana, que es la religión del “tú” y del “nosotros” (4.2).

Otra característica de esta nueva religiosidad es la falta de interés por la verdad. Sor Teresa Benedicta decía: “No aceptes como verdad lo que esté privado del amor”, el uno sin el otro se convierte en una mentira destructora”. (Juan Pablo II, Homilía en la canonización de Edith Stein, 14-X-1998) (4.3). Lo importante para ellos es hallar el modo y las vías para “sentirse bien”.

La ignorancia, cultural y religiosa, es una de las principales causas de la increencia, de la mal-creencia y de la indiferencia religiosa. El estudio y la lectura de la Biblia puede ayudar a quienes desean encontrar el rostro de Dios.

¿Qué podemos hacer? El documento afirma que la belleza es una vía privilegiada para acercar a los hombres a Dios y saciar su sed espiritual. La belleza y la verdad dan alegría al corazón humano, une a las generaciones y las hace comulgar en la admiración. La belleza, con su lenguaje simbólico, es capaz de hacer que hombres y mujeres con culturas diferentes, se encuentren en valores comunes, que permiten al hombre mantener el corazón abierto a la fascinación del misterio y el absoluto. (Juan Pablo II, Novo millennio ineunte, nn. 15 y 31). Podemos poner el arte al servicio de la verdad. La belleza de los monumentos cristianos ayuda a ver la fe plasmada. Hay guías muy buenos.

Hay urgencia de enseñar a pensar en las escuelas y universidades. Ante la increencia, ver de qué presupuestos se parten y ayudar a argumentar para lograr un diálogo profundo. Para ello, el cristiano debe de saber filosofía y apologética.

Hay sed de Dios y ello nos facilita dar catequesis a adultos, por ejemplo, en los cotos. Además, hay que ayudar a los padres a transmitir a los hijos, junto con el patrimonio cultural, la herencia de la fe y la experiencia de Dios, que son fuente de libertad y de gozo.

Hace formar doctrinalmente para que las personas sepan dar razón de su esperanza y conocer argumentos para sostener por qué hay que estar abiertos a la vida, por qué hay que tener reverencia en las iglesias, etc.

El cristiano ha de tomar en cuenta que la verdad no se impone, se expone. La verdad tiene su propia fuerza. Además, la verdad nunca provoca conflictos. Cuando el ser humano está cerca de Dios, no pierde la paz, por ejemplo, cuando la muerte es inminente. ¿Cómo ve Dios el sufrimiento en la tierra? Él mismo la experimentó, ahora nosotros, podemos sufrir con Dios o sin Él. Si somos personas espirituales, amaremos a los hijos de Dios.

FUENTE: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/cultr/documents/rc_pc_cultr_doc_20040313_where-is-your-god_sp.html