COMENTARIOS AL EVANGELIO DE SAN MATEO
CAPÍTULO SEGUNDO: 6

Padre Arnaldo Bazán

"Entraron en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino" (2,11-12).

Algo que de inmediato llama la atención es que Mateo nos dice que “entraron en la casa”. Esto significa que cuando llegaron los magos ya María y José se habían instalado con el Niño en una casa de Belén.

Hemos de adivinar, pues ninguno de los evangelistas nos lo dice, que la estancia en aquel pobre establo donde nació Jesús fue por un corto tiempo. Pasado el censo que a ellos les había obligado a ir a Belén, muchos de los que fueron por igual motivo debieron marcharse enseguida a los lugares donde vivían, pero ellos prefirieron quedarse hasta que hubiese pasado la ceremonia del rescate de Jesús como primogénito y la purificación de María a los cuarenta días del nacido el Niño.

Por supuesto que en eso intervino también la voluntad divina, que había guiado a los magos a ser los primeros paganos en conocer al Salvador del mundo.

Podemos suponer que la casa donde habitaban era muy pobre, como casi todas las del pueblo. Lo que no causó ningún rechazo en aquellos hombres acostumbrados a vivir con cierta holgura y a codearse con los magnates y palaciegos. Por el contrario, reconocieron en aquel Niño a la divinidad, ya que se postraron y lo adoraron.

Este hecho demuestra que se sintieron convencidos de que su viaje no había sido en vano. Y lo demostraron, además, dejando regalos de gran valor, como eran el oro, el incienso y la mirra, como correspondía a un rey.

Podemos ver lo ocurrido en estas palabras que Isaías dirigió a Jerusalén: "¡Arriba, resplandece, que ha llegado tu luz, y la gloria de Yahveh sobre ti ha amanecido! Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece Yahveh y su gloria sobre ti aparece. Caminarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu alborada. Alza los ojos en torno y mira: todos se reúnen y vienen a ti. Tus hijos vienen de lejos, y tus hijas son llevadas en brazos. Tú entonces al verlo te pondrás radiante, se estremecerá y se ensanchará tu corazón, porque vendrán a ti los tesoros del mar, las riquezas de las naciones vendrán a ti. Un sin fin de camellos te cubrirá, jóvenes dromedarios de Madián y Efá. Todos ellos de Sabá vienen portadores de oro e incienso y pregonando alabanzas a Yahveh" (60,1-6).

Lo que nunca hemos podido saber fue lo que pasó después con aquellos hombres. ¿Serían los primeros apóstoles de Jesús en sus tierras? No existe ningún documento que pueda demostrarlo.