CON EL SIGNO DE MENOS
Sin
lugar a dudas no es un privilegio que podemos tener quienes, por actividad,
están en un frecuente encuentro con la gente.
Todos
podemos haber tenido la oportunidad de
encontrar seres que viven precedidos por el signo de menos.
Casi
sin darse cuenta actúan de esa forma puesto que la misma ya es parte integrante
de su ser.
Son
esos seres que han hecho, de lo suyo, un aportar lo negativo de la realidad.
Cuando
miran una actividad suelen aportar lo negativo que han visto.
Lo
suyo es, siempre, encontrar y señalar esas carencias que pudieron existir o
esos errores que se pudieron cometer.
Jamás
van a limitarse a ponderar algún esfuerzo realizado sino que, mucho más
importante, remarcarán lo negativo que se pudo haber dado.
Parecería
como que ello es su razón de vida.
Sus
comentarios sobre cualquier actividad radican en señalar las negatividades
existentes y si llegan a ver algo positivo nunca puede faltar el “Pero….” que
destruye todo lo positivo.
Actúan
como si ellos fuesen los únicos poseedores de una verdad que se esconde detrás
del “deber ser” que ellos saben de memoria.
Durante
meses reclamó un alero en un determinado lugar. Para complacerle se juntó
dinero para la realización de dicha construcción. Cuando se realizó solamente
vio el color del techo del alero puesto que el mismo no tenía un color como el
que él entendía debía llevar para hacer juego con la pared ya existente.
No
llegó a ver que se había realizado su deseado alero. No tuvo en cuenta el
ahorro realizado para poder concretar aquella obra. No le interesó el hecho que
ya tenía su alero. Solamente se quedó en el color de aquel techo que no
respondía a su interés.
Ni
antes ni durante la construcción se acercó al alero. Solamente se acercó una
vez finalizado para señalar el error existente.
Debía
acompañar una determinada actividad y, con ese motivo, se le propuso participar
de la preparación de ello. No tenía tiempo para poder estar en la preparación.
Cuando llegó el momento de la actividad preguntó cómo sería y se puso a sugerir
modificaciones a lo preparado puesto que ello no era de su agrado.
Siempre
hay seres que viven precedidos del signo de menos.
Suelen
no actuar puesto que lo suyo se limita a opinar como si su agrado fuese la
vedad que debería realizarse.
Ellos
no trabajan sino que censuran y opinan sobre lo que otros realizan.
Siempre,
sus comentarios, son emitidos con tanta fortaleza que se llega a pensar han
descubierto la fórmula para poseer la verdad.
Hasta
que llega un momento en que uno descubre su actitud negativa constante y ya no
presta más atención a sus comentarios.
Es
allí que su ser se envuelve con un signo de menos que va mucho más allá de sus
comentarios negativos.
Ya
no se le presta más atención a lo que pueda comentar, opinar o decir puesto que
lo suyo está precedido de un signo de menos.
Son
seres que lenta y progresivamente van quedando aislados en su soledad como
resultado de su forma de ser.
Esa
realidad les hace, luego, reclamar el ser escuchado o tenido en cuenta pero
jamás habrán de aceptar que son ellos, en primer lugar, quienes deben cambiar
de actitud.
No
existe, en su manera de ver la realidad, la posibilidad de que acepten están
equivocados.
No
existe la posibilidad de que puedan reconocer ellos son los que deben modificar
su actitud.
No
existe la posibilidad lleguen a reconocer los esfuerzos o empeños que los demás
pueden realizar para lograr algo ya que ellos, en su negatividad, jamás pueden
llegar a apearse de la verdad que poseen.
Padre Martin Ponce de León SDB