COMENTARIOS AL
EVANGELIO DE SAN MATEO
CAPÍTULO SEGUNDO: 11
Padre Arnaldo
Bazán
"Pero al enterarse de que Arquelao
reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado
en sueños, se retiró a la región de Galilea, y fue a vivir en una ciudad
llamada Nazaret; para que se cumpliese el oráculo de los profetas: “Será
llamado Nazoreo” (2,22-23).
En su testamento había dejado Herodes como heredero del trono
a su hijo Arquelao, que era tan cruel como él. El
emperador Augusto sólo le concedió el título de etnarca
de Judea, Samaria e Idumea.
Al poco de tomar el poder hubo un tumulto sedicioso en el
atrio del templo, y Arquelao respondió con la
violencia a la que estaba acostumbrado ver en su padre. Aquel día murieron más
de tres mil judíos.
Fue tan malo que cuando llevaba nueve años en el gobierno,
sus propios súbditos pidieron al emperador que lo destituyera. Este así lo
hizo, y reconociendo la gravedad de sus crímenes lo desterró a las Galias.
Con un hombre así gobernando Judea, a la que pertenecía
Belén, hay que suponer que no era sensato y prudente volver a aquel pueblo en
el que, por lo visto, se habían sentido bien acogidos.
¿Qué mejor lugar, entonces, que dirigirse a Nazaret, el
pueblo donde habían nacido y vivido por varios años, y de donde salieron de la
mano del propio Dios para que Jesús naciera en el mismo sitio donde, nueve
siglos antes, había nacido el profeta y rey David?
Así lo hicieron, además, porque confiaban que, si bien en
Galilea, la región a la que pertenecía Nazaret, estaba gobernada por otro hijo
de Herodes, el tetrarca Antipas, éste no había
demostrado la crueldad y mala disposición para con el pueblo de su hermano Arquelao.
A pesar de que Mateo la llama ciudad, Nazaret sería poco más
que una aldea sin ninguna importancia, que ni siquiera aparecía en los mapas de
la época. Fue allí donde pasaría el resto de su niñez, su juventud y parte de
su vida adulta, en la pobreza y humildad, el Hijo de Dios.
La última frase de los versículos que comentamos han sido un
dolor de cabeza para los exegetas o estudiosos de la Biblia. Eso de que sería
llamado “nazoreo” o “nazareno”, como otros traducen,
no aparece en ninguno de los escritos proféticos de la Biblia.
Algunos piensan que pudo estar en algún escrito profético
perdido. Otros, que fue una interpolación que algún copista agregó y luego pasó
inadvertidamente al texto definitivo. Y otros quieren ver en esto,
precisamente, que el Mesías sería rechazado por provenir de un lugar tan poco
importante. ¿No dijo Natanael:
¿De Nazaret puede haber cosa buena? (Juan 1,46). No hay una solución definitiva.