FELICIDAD, CEREMONIA, LUJO

Padre Pedrojosé  Ynaraja  Diaz

 

Vuelvo a repetir, el ser humano siente una imperiosa tendencia a la felicidad. Y concentración de felicidad lo es la fiesta. Que acierte o no en su proceder, es harina de otro costal.

 

Decía que de la fiesta de los quince había tenido conocimiento hace pocos años, y no le había dado ninguna importancia, ahora sí he querido saber algo más, pues, mis noticias eran contradictorias.

 

Metido en este berenjenal he querido aclarar ideas y las he buscado en dos direcciones.

 

“Proveniente de las grandes culturas precolombinas que realizaban los ritos de pubertad para indicar la entrada a la vida adulta y la aceptación de responsabilidades de las mujeres. Al llegar a los 15 años, las jóvenes salían de la familia a la escuela telpochcalli donde aprendían la historia y tradiciones de su cultura y se preparaban para el matrimonio. Luego, regresaban a la comunidad para celebrarles la fiesta de quinceañera” Con la conquista de los españoles, que eran católicos, incluyeron en la tradición indígena la inserción de la misa” (Wikipedia dixit).

 

La encuesta personal, acudiendo a personas amigas de Latinoamérica ha sido frustrante.

 

“Aquí es un reto para los padres las fiestas de quince, sobre todo porque la influencia del primer mundo es grande y para esa ocasión se preparan celebraciones que se llevan el ahorro de casi 15 años, ya sea de los padres o de los padrinos en el extranjero. Sólo las fotos pueden costar una exageración, y después los trajes y maquillaje, más la fiesta con el video de la historia de la muchacha, en fin es una locura… En la Iglesia por lo general se realiza la Misa de Acción de Gracias y es bastante sencilla, pero esas son los menos”.(Cuba, textual).

 

Me contesta otra por teléfono, de diferente país y situación económica, “a mí esto no me interesaba. Mi padre me preguntó qué prefería, la fiesta o un viaje. Elegí ir a España”.

 

Que es fiesta de ricos que quieren lucirse, al estilo de las “puestas de largo” dice otra riéndose. 

 

Leo en la prensa “tendrá lugar en París uno de los eventos más high-class del calendario aristocrático, el Bal des Débutantes, donde los 'cachorros de la jet' (véase nobles, estrellas de cine o grandes empresarios)…”

 

El palacio de Buckingham solía reunir cada año a chicas jóvenes y sus pretendientes para presentarlos ante la monarca, hasta que ella decidió terminar con la tradición.

 

¿es posible felicidad y fiesta sin lujo? Me pregunto.

 

Me examino y descubro en mis recuerdos algo positivo que explicaré otro día.