FUEGO

Pedrojosé  Ynaraja  Díaz

 

Laudato si', mi Signore, per frate Focu,per lo quale ennallumini la nocte: ed ello è bello et iocundo et robustoso et forte. Así cantaba San francisco al fuego.

 

Me detengo hoy en el fuego mismo.

 

Por lo poco que he visto al natural, o por TV (Rai y CTV) pienso que en Italia se acostumbra a adornar las fiestas con bandejas con cera y mecha, depositadas en el suelo marcando espacio o camino .  Practicamos en La LLobeta algo semejante. Imaginad una ruta de la paz por el bosque y de noche. Las llamas ilusionaban, el silencio invitaba a reflexionar. Nos deteníamos leyendo algún texto, Gandhi, Tagore, Luther King. La ruta acababa en la iglesia, junto al Sagrario.

 

Ahora ni siquiera en la Vela Pascual está permitido encender la gran hoguera del Fuego Nuevo.

 

No todo está perdido. Recurrimos a un fuego que hemos descubierto goza de gran encanto. Advierto que si una llama ilumina, es que la combustión es imperfecta, se elevará una columna de humo y desprenderá molesto olor.

 

La combustión del alcohol, en teoría, es perfecta, no despide ni olor, ni humo, tampoco ilumina. Si le añadimos sal común, se teñirá de amarillo, si de sulfato de cobre (utilizado en horticultura) la flama será azulada. En ningún caso mal olor.

 

El fuego combina perfectamente con la oscuridad y el silencio.

 

La asamblea al iniciar la plegaria debe estar totalmente a oscuras. Esta etapa debe ser larga, es preciso experimentar la ausencia de seguridad, la posibilidad de elevar la mente a intuiciones trascendentes, desear la posibilidad de que algo o alguien sea punto de referencia, de empuje, de llamada.

 

En el centro un gran recipiente digno, con alcohol que alguien enciende. Todo cambia. La llama es vida, alegría, descubrimiento de los demás. Referencia a Dios.

 

El fuego así es icono del Espíritu. A diferencia de las imágenes plásticas orientales, está al alcance de todos

 

(el alcohol de quemar es barato, su manipulación requiere mucha precaución. Al ser incoloro parece que ni siquiera existe y la llama libre, independiente) 

 

Pedrojosé  Ynaraja  Díaz