Momentos para pensar
P. Fernando Pascual
26-8-2020
Si las prisas han dominado
nuestras vidas, si tenemos más cosas que hacer que tiempo para ellas,
necesitamos detenernos unos momentos para pensar.
En esos momentos podremos ver
cómo está nuestro corazón, qué pasa en nuestra mente, qué ideas nos convencen,
qué dudas siguen en pie.
En esos momentos podremos
descubrir si hay personas que de verdad amamos y en las que confiamos
plenamente, o si estamos en esa tristemente famosa “soledad en compañía”.
En esos momentos será posible
distinguir entre lo que realmente importa y las muchas futilidades que nos
desgastan con resultados inútiles.
No siempre encontramos
momentos para pensar, pero los necesitamos como el aire: la vida no puede
arrastrarnos en las mil ocupaciones y “urgencias” de cada día.
Porque en esos momentos sale a
la luz lo malo que carcome nuestro corazón, y lo bueno que tal vez está oculto
o empieza a brillar gracias a Dios y a personas que desean lo mejor para
nosotros.
Como también en esos momentos
ponemos orden y distinguimos prioridades, para dejar a un lado lo que no merece
nuestra atención, y para orientar fuerzas y tiempo a lo único que importa:
amar.
El día ha estado lleno de
actividades. Apagamos el móvil. Desenchufamos la computadora. Dejamos que el
silencio entre en nuestra habitación desordenada o limpia.
Tengo ahora unos momentos para
pensar. Si los aprovecho plenamente, empezaré a escuchar la voz de Dios, que me
susurra cuánto me ama, y que me invita a invertir la vida que corre por mis
venas para amar a tantas personas que esperan tanto o más cariño que el que yo
mismo necesito.