Como un hijo que ama a su
Padre
P. Fernando Pascual
26-8-2020
Al rezar, Señor, parece que me
dirijo a Ti con miedo, como si estuvieses lejos, como si no Te interesaras por
los humanos.
Te pido por la paz, y siguen
las guerras. Te pido por la lluvia, y la sequía arrecia. Te pido por el fin de
la epidemia, y se expande cada día más.
Te pido también por un
familiar que no cree, y parece que se aleja todavía más de ti. O por la
reconciliación de unos esposos, y están cada vez más peleados.
Por eso, cuando rezo, siento
un temor extraño. Parece que olvido que eres Padre, o me siento indigno y
lejano de tu Corazón.
Lo sé: cuidas de los lirios
del campo y de las aves del cielo. Pero entonces, ¿por qué nuestras oraciones
parecen chocar contra un muro de silencio?
En medio de mis dudas, pienso
que mi oración está equivocada, porque con ella creo que puedo dominarte y así
conseguir todo lo que pido.
Sin embargo, Tú sabes mejor
que yo por qué no llega ahora una respuesta, por qué el problema sigue ante mis
ojos, por qué mi oración parece no escuchada.
Te pido, entonces, Padre, que
me ayudes a rezar como un hijo que Te ama y confía en Ti. Solo entonces podré
aceptar todo lo que venga de tu Amor providente.
Algún día, con tu ayuda,
comprenderé que muchas veces no he pedido abierto a tus decisiones, y que
rezaba casi como si tuvieras obligación de darme lo pedido.
Tú, en cambio, has respondido
de otra manera, me has abierto a dones diferentes, me has guiado por un camino
que al inicio me pareció difícil, pero luego descubrí que era el mejor para mi
vida.
Hoy vuelvo a pedirte tantas
cosas, Padre. Pero quiero hacerlo con un corazón más disponible a lo que Tú
decidas.
Quiero amarte como eres, libre
y misterioso. Y sé que Tú me amas de maneras que no siempre entiendo, pero que
son las que mejor me pueden acercar a Ti y a mis hermanos...