LA OSADÍA
DE UN HOMBRE LLAMADO MAHOMA
Padre Arnaldo Bazán
Vivía en La Meca, una ciudad de
Arabia donde había nacido. Estuvo casado por varios años con una mujer que le
aventajaba en edad, hasta que ella murió. Después tuvo, al mismo tiempo, varias
mujeres, incluyendo a una niña con la que se casó teniendo ella seis años y con
la que tuvo relación sexual a los nueve.
No sabemos cuándo este hombre
comenzó a sentir el deseo de lograr una religión que superara a la de los
judíos y los cristianos, las únicas dos monoteístas que existían en el mundo, y
que además creían en el mismo Dios, aunque de una manera diversa.
Estamos hablando de varios siglos
después de Cristo, pues se supone que nació en el 575 de la era cristiana.
Lo cierto es que sus fantasías
fueron tomando cuerpo en su mente exaltada, pues su religiosidad había estado
hasta entonces ligada a la que se practicaba en su lugar natal, donde existía
un sitio llamado la Kaaba, en el que se exponían ídolos de más de trescientos
dioses falsos.
Según los investigadores que han
estudiado lo que allí pasaba, han llegado a la conclusión de que el dios
principal, aceptado por la mayoría de los árabes, era llamado Allah, el dios de la luna, quien tenía a su vez una esposa,
la diosa sol, y hasta dos hijas, diosas también. Hoy los musulmanes usan como
símbolo la "media luna", que suelen poner en lo alto de sus
mezquitas.
La Meca estaba en lo que hoy es
Arabia Saudita. La Kaaba ya no alberga los cientos de dioses de antaño, sino
que es el centro religioso del Islam, y allí peregrinan, como una obligación de
cada musulmán, millones de ellos todos los años.
Mahoma comienza su predicación en
La Meca, tratando de convencer a los miembros de su tribu y en general a todos
los árabes, de que existía un único dios, Allah, al
que ellos ya veneraban, teniendo que abandonar todos los otros dioses para
dedicar su culto al único dios verdadero.
Esto lo puso en conflicto con los
que dominaban el comercio en aquel sitio, ya que el mismo se basaba en los
muchos que iban a La Meca a rendir tributo a los dioses de la Kaaba. Y esto
produjo una fuerte rebelión contra lo que él predicaba.
Esta situación se fue haciendo cada
vez más peligrosa, pues hasta hubo varios intentos de matarle, y hasta su
propia familia llegó a repudiarle, lo que le hizo escapar hacia la ciudad
llamada hoy Medina, hecho que fue presentado como una emigración o Hégira, en
el año 622. Esta fecha marcó el inicio del calendario musulman.
Ya en Medina tenía algunos
seguidores, y con ellos preparó el terreno para aumentar su número y llegar a
controlar la ciudad, de modo que impuso su propio régimen que podría ser
considerado como el primer estado islámico.
Pero en Medina vivian
muchos judíos y algunos cristianos que no logró convertir a su causa, por lo
que les obligó a pagar un tributo si querían seguir viviendo allí. Más tarde,
cuando su poder militar se fue consolidando, los expulsaría a todos, para solo
permitir que fueran musulmanes los que se quedaran.
Lentamente, a base de
enfrentamientos militares, fue consolidando su poder, hasta que en el 630 logró
conquistar La Meca, lo que hizo que muchos paganos aceptaran convertirse al
islam. La presencia de judíos y cristianos en la misma desapareció casi por
completo.
No podemos saber exactamente hasta
dónde Mahoma conocía el judaísmo y el cristianismo. Es posible que conociera,
al menos superficialmente, algunos de los libros del Antiguo Testamento y algo
del Nuevo. Lo importante para él era hacer que todos aceptasen su religión como
la única verdadera.
Y fue entonces que comienza a
aparecer en la mente de Mahoma la osadía de inventarse de que Allah era el mismo Dios de judíos y cristianos, que había
usado a varios enviados en el pasado, incluyendo a Abraham, Moisés y Jesús,
pero del que él era el último y más importante Enviado.
Ya antes de La Hégira, en el 620, habia difundido entre los suyos que había tenido un viaje
nocturno a Jerusalem, y que allí había subido
milagrosamente al cielo, donde logró hablar con Abraham, Moisés y Jesús. A ese
viaje se le dio el nombre de Isra.
Hay un punto en el que no hay
acuerdo: ¿Escribió Mahoma el Corán y lo fue transmitiendo a otros a medida que
iba inventando las suras y aleyas (capítulos y
versículos) el mismo?
Aparte que se dice que Mahoma era
analfabeto, aunque se duda de ello, se entiende que solo después de la muerte
de Mahoma es que el Corán es publicado, pero su difusión fue hecha desde mucho
antes, de cuando todavía estaba en La Meca, y luego completado en Medina. Lo
importantes es que el Corán ha llegado hasta nosotros en la forma en que hoy se
encuentra, si que sepamos exactamente cuántos cambios
pueden haber ocurrido.
Todos los cristianos sabemos muy
bien y aceptamos con fe, que todo el Antiguo Testamento, formado por muchos
libros escritos a lo largo de varios siglos, son la Palabra de Dios para
nosotros los cristianos, al igual que lo es el Nuevo Testamento.
Todos los libros del Antiguo
Testamento, de una manera u otra, van señalando que llegaría el día en que Dios
enviaría a su pueblo un Mesías, palabra que significa el "Ungido de Yahveh",
quien sería el Salvador de todos.
Esa fue pues, la expectación del
pueblo judío durante muchos siglos, pero al pasar el tiempo sin que lo
prometido se cumpliese, la espera se fue poco a poco tergiversando, creyendo
que el Enviado sería un rey poderoso que salvaría a Israel de la opresión de
sus enemigos.
Al final, cuando llega Jesús, el
único y verdadero Ungido de Dios, muchos se desilusionaron, pues lo habían
imaginado como un nuevo David, el gran rey que puso a su pueblo en un lugar
distinguido entre los pueblos de la tierra.
Sobre todo las autoridades judías
temieron perder todo su poder, y muy pronto se pusieron a complotar para
quitarse del medio aquella amenaza que pensaban se cernía contra ellos.
La Muerte y Resurrección de Jesús
marca el inicio de una nueva religión, en la que los primeros discípulos serían
judíos, pues existe una ligazón absoluta entre lo que se había enseñado en el
pasado con la nueva doctrina dada por Jesús. El rompimiento, por tanto, fue
solo de aquellos que no quisieron aceptar a Jesús como el Mesías que Dios les
había prometido.
Mahoma, ¡vaya osadía!, se inventó
que él era el último y verdadero enviado del mismo Dios de Abraham, de Isaac y
de Jacob, del que los profetas, al igual que Moisés y Jesús, no eran más que
portavoces secundarios.
Para continuar con la osadía, se
inventó, pues todo fue una invención de su mente calenturienta, de que fue el
ángel Gabriel, el que Dios envió para anunciar a María que sería la Madre de su
Hijo, al que enviaba para la salvación del mundo, el que le fue dictando,
palabra por palabra, lo que sería la verdadera Escritura, el Corán, dejando sin
valor lo que antes se había hecho.
Solo hay que leer el Corán para
darse uno cuenta de que no es más que un plagio, con algunas excepciones sin
importancia, de lo que se dice sobre todo en el Antiguo Testamento. Tal parece
que él, o no conocía ampliamente los evangelios y escritos del Nuevo
Testamento, o no quiso dar a entender que sabía de su existencia.
Eso sí, constantemente en el Corán
aparece la negativa de que Dios tenga un Hijo, y de que Este haya dado su vida
por la salvación del mundo. Al contrario, hasta niega que haya muerto, como
podemos leer en el Corán.
En la Sura
4 (capítulo) hay tres Aleyas (versículos) 156-157-158 que están dirigidas en
contra de los judíos, que no habían aceptado a Jesús:
4-156. ...por su incredulidad por haber proferido contra María
una enorme calumnia,
4-157.
y por haber dicho: «Hemos dado muerte al Ungido, Jesús, hijo de María, el
"enviado de Alláh", siendo así que no le
mataron ni le crucificaron, sino que les pareció así. Los que discrepan acerca
de él, dudan. No tienen conocimiento de él, no siguen más que conjeturas. Pero,
ciertamente no le mataron,
4-158.
sino que Alláh lo elevó a Sí. Alláh
es poderoso, sabio.
Como vemos, la osadía es
manifiesta. Mahoma hace desaparecer el nombre que el propio Dios dio a Moisés,
cuando éste lo preguntó: "Yo soy" en hebreo Yahveh", para
cambiarlo por el de Alláh, sin que se le llenara la
cara de vergüenza.
Y es que en todo el Corán el osado
siempre usa el mismo nombre, incluso cuando roba descaradamente citas de la
Biblia. Los ejemplos aparecen en gran número.
Es mi propósito ir desmontando
todas las mentiras que Mahoma, o sus allegados, escribieron en el Corán, pues
cuando alguien se atreve a tergiversar la Verdad, y pretende demostrar que
somos nosotros los mentirosos, sería un gran pecado quedarnos callados y permitir
que millones, por nuestro silencio, puedan caer en el gravísimo error de
abandonar la Palabra de la Verdad para seguir a un descarado falsificador. O
ser víctimas del odio que sus seguidores sienten por los que no creen en sus
mentiras.
No queremos ofender a nadie, pero
tampoco podemos guardar silencio ante la amenaza de aquellos que pretenden
aniquilarlos en nombre de un falso dios.
Arnaldo Bazán