CONVITES

Padre Pedrojosé Ynaraja Díaz

 

El gremio de la hostelería es mencionado de paso en la parábola del buen samaritano, se trata sin duda de un servicio social, de refugio y alimento, sin más comentarios.

Jesús era ingenioso, no ingenuo, prueba de ello son los convites a los que asistía, suponía acertar el momento apropiado y la elección del anfitrión. Sus decisiones no se regían por compromisos sociales, ni de Él, que se invitaba, ni del anfitrión, que acogía. No se limitaban a comer y digerir la vianda.

Sorprende el caso de Zaqueo, un funcionario bien relacionado con los de su corporación. No es un desvergonzado, ni un esclavo del qué dirán. Se empina al sicomoro para verle, no le da vergüenza. Corresponde el Maestro con una mirada que le atisba penetrante. Hay química entre ellos, diríase hoy. Se auto invita, Él sabe que no será un vulgar yantar. Zaqueo convida a los suyos. Comparten de tal manera que nuestro personajillo, diminuta su estatura, no su bondad, detiene la fiesta para pregonar a los asistentes: “Daré la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo”. Jesús no le es indiferente, sabe que lo que diga será guardado por los insidiosos, pero no le importa lo que puedan decir de Él y proclama: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham. ¡anda ya! ¡Como se atreve a decir que un traidor a su pueblo es hijo de Abraham!.

La mujer en el convite, titularía ahora.

Citaré varios ejemplos.

En primer lugar ella prepara la comida con tal empeño e ilusión, que se queja al Señor del desamparo en que le deja su hermana. No es una cocinera cualquiera, es una amiga, por eso se atreve a quejarse: “¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile que me ayude”. “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada”., le responde el  Maestro, sin que ponga malhumor en el ambiente, la encontraremos más tarde.