PROTOCOLO

Padre Pedrojosé Ynaraja Díaz

 

No me canso de repetir que la tecnología espiritual, en estos momentos y para estas tierras o culturas, vale muy poco. Abundan iniciativas, conferencias y publicaciones, pese a ello el crecimiento de la Fe avanza poco.

Jesús para encontrar colaboradores o escoger discípulos, carecía de programa, asesores de imagen y medios de difusión. Conocía la disparidad de actitudes y la decadencia espiritual por la que pasaba su pueblo. Se acercó a Juan y a la chita callando salió de allí acompañado. Pasó por la ribera, observo los trabajos y dificultades laborales y al poco tenía con Él unos cuantos pescadores de hombres. Sin remilgos, entró en contacto con funcionarios del gobierno opresor y uno de ellos, dejándolo todo, le siguió.

Cuando uno escucha disertaciones de métodos infalibles y éxitos comprobados, muy adecuados para mantener vivas las comunidades de escogidos, piensa y compara con el proceder del Maestro.

Me he referido últimamente a los convites. Muy poco tienen en común el de la multiplicación de panes y peces, el deleitarse de comiendo pescado fresco y pan tostado y solo precisó pan y vino para la sublime institución de la Eucaristía.

Cambio de tercio y observo su proceder anterior en Galilea.

Quien invita es destacado anfitrión.

Copio. “Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo: Cuando seas convidado a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó, te diga: Deja el sitio a éste y  vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga quien te invitó te diga: Amigo, sube más arriba Y esto será un honor para ti.(Lc 14, 7)

¿ignoraba el fariseo y el mismo Señor las normas de protocolo ¿Era oportuno intervenir, sabiendo que alguno de los presentes quedarían en mal lugar? 

Un fariseo le rogó que comiera con él…Había una mujer pecadora pública, al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de perfume, y poniéndose a los pies de Él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; los besaba sus pies y ungía con el perfume…el fariseo que le había invitado, se decía Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora…El Señor dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos. No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies. (Lc 7, 36ss)

Tal proceder lo juzgaríamos inoportuno y de mala educación. Falto de tecnología espiritual.

 

 

 

 

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